Fuegos Fatuos
Son las espinas de la rosa cálida
los clavos que hoy me crucifican frío,
así que hoy te escribo algo mío
para tu necesidad inválida.
Bajo el sol se quema tu corazón,
como nuestros maravillosos sueños
y aunque yo no pretendo ser tu dueño,
de tu alma quiero ser el diapasón.
Hoy tú mi espíritu embalsamaste
y como vívido fuego caótico
mis novatos versos enamoraste.
Somos fuegos fatuos y viejos poemas;
por eso te digo ebrio de amor
eres la tinta que inunda mis venas.