Hay hambre, nena, desde tu carruaje se puede ver. Puta, que hace arder ese fuego en la piel. Besás dormida y no sabés que decís. El vino pierde el contenido. Yo miro desvelado, mareado y con ganas de vomitar. Te miro y tambalean dos vos. Semen. Ardor. Sudor. Quince años. Llueve afuera y me acobijo en tus pechos, entre tus dos soles. Nada es más perfecto que mi alma entre tus soles.