Te conjuro espectro del fracaso.
Cobardemente oculto.
En las grietas de mi alma.
Muestrame tu horrendo rostro.
Ente deforme y maligno.
Crees que aún te tengo miedo.
Y que tiemblo al pronunciar tu nombre.
Algunas veces me avasalló tu influencia.
La evidencia que carcome.
Y la voz quebrantada por la pena.
Sí , ahora te conjuro espectro inmundo.
Y no en mi propio nombre.
Te conjuro a que vuelvas a mentirme.
Ahora sé que las mentiras ,
son cadenas que se rompen.
precioso poema nos has dejado, y ese final tan cierto y al que cuesta tanto llegar.
Un abrazo
Carlos