El Ajedrez, la Guerra Plena.
Un peón, un peón, ¿Qué es un peón?
En el ajedrez, sólo una ficha, sólo eso.
Nadie se percata de aquel pequeño
Trabajador de gran coraje.
No, quien manda al ejército,
No lo percibe, no se molesta.
Nadie se percata de su importancia,
solo es una ficha reemplazable.
En cuanto al jinete, sí, lo es
más destacado, más movedizo,
Aunque, es sólo un caballo y su jinete...
Pueden centenares venir detrás.
No, quien manda al ejército,
No lo percibe, no se molesta.
Nadie se percata de su importancia,
solo es una ficha reemplazable.
Las torres, el guardia frente al castillo,
Aquel con el corazón de acero,
Sacrificó su vida en su defensa.
Pero hay más de 20 castillos.
No, quien manda al ejército,
No lo percibe, no se molesta.
Nadie se percata de su importancia,
solo es una ficha reemplazable.
Alfil, general del ejército, que lucha,
Empleando sus estrategias, casi infalibles,
Mas ninguna de éstas puede evitar,
Si en cuanto a su olvido se trata de pensar.
No, quien manda al ejército,
No lo percibe, no se molesta.
Nadie se percata de su importancia,
solo es una ficha reemplazable.
Mientras la reina, mujer de alto linaje,
Prevalezca junto al rey, cruel marido
¿A quién le importa perder al resto?
Ella es, quién mantiene a la guerra.
Es la única pieza quien desespera,
Si llega a ser perdida, en algún ataque.
Ella era la única que lo sostenía,
Ahora el rey, se encuentra solo.
Y no es como en el ajedrez, en la guerra,
Las fichas, sí, es difícil recuperarlas,
Más recuperar las vidas perdidas,
Es algo imposible en la existencia.
Ahora el Rey, se encuentra solo,
Sin castillos, ni guardianes, ni generales,
Ni jinetes, ni esposa ni soldados.
Y a pesar de que intente, sería imposible,
Más su mente manipuladora arde en pena,
Al darle la muerte despiadada,
Al monarca que jugó con la vida de su gente,
En favor de sus caprichos y gustos.
Y no es como en el ajedrez, en la guerra,
Las fichas, sí, es difícil recuperarlas,
Más recuperar las vidas perdidas,
Es algo imposible en la existencia.
