Los sueños de aquella noche permanecen en mi memoria, nítidos, como si solo hubiesen aparecido ayer. Son fantasmas de historias pasadas, de cuentos que quedaron inconclusos, e inclusive, de cosas que no han ocurrido.
Imágenes que me torturan cuando las luces de mi alcoba se apagan, y que son como páginas de un libro: Empiezo leyendo las cosas que reconozco, las primeras hojas y, por curiosidad, salto en picada a las últimas páginas y me aterro al comprobar que el protagonista muere...
Es la impaciencia y la incertidumbre; el miedo y la nostalgia; la inseguridad y todos los defectos que aparecen cuando el sol se oculta.
Lo cierto es que nunca he estado completamente conectada a la realidad, gran parte de mi verdad se encuentra en mis sueños, y por ello siempre estoy asustada. Me dejo envolver por espectros de fantasías que a la vez son mis mayores temores, convertidos en las tantas cosas que me atormentan.
No sé a qué quiero llegar con esto, escribo en este espacio como si de un diario se tratara, pero la verdad, no estoy hablando de nada que puedan comprender... A veces, necesitamos en donde desahogarnos, en otras ocasiones, solo un amigo que nos escuche.. He escrito sobre mi miedo más grande, sobre el pensamiento que me ahoga todas las noches desde que tengo memoria, o mejor dicho, desde que empecé a razonar sobre mi existencia..
Pero la verdad, si lo veo en perspectiva, en realidad no hablé de nada..
Mi mayor miedo?? La muerte..
