Entramos en el jardín
con los ojos en otra parte
con la nariz tapada
con orejas sangrando
agarrados de los muñones
llegamos a casa
De sopapo hizo la tarde
de nervioso armé ese fuego
y en claro de jardín níveo
Con los ojos en otra parte
los ojos cayendo en cuesta
haciendo línea
sobre las hojas
hasta los lagos
ciegos acá quedamos
ciegos, sordos, mancos
niños desde ahora
casi ante la muerte
en jardín de hojas rojas
en jardín de soles rojos,
el calor desconocido
ciegos acá vivimos
enamorados rotos
amando pedazos
besando piecitas
sus ojos mis ojos
sus manos mis manos,
sin medir adoración.