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Mi Dilación, la Que...-

Se alejaba la fragata en la lejanía; no se cuál fue el error que produjo esta situacion, es probable que tenga algo que ver, creo cuando pasábamos cerca de la curva de la isla y mi dirección fue afectada por la roca que rocé, estábamos demasiado reñidas en el sexto puesto. En algún momento supe que no pasarían todas las barcazas, pero ya estaba acumulando varias ideas.
Mi dilación, que tomé en el menos indicado momento dejándome atrás, medianamente detenido (más bien asaltado por la corriente calma) volvió a hacerme la misma jugarreta. En poco tiempo esas naves con las que llegué a forcejear brevemente se empequeñecían y ya no pude dar marcha al bólido. Para mayor desgracia, la isla y la curva de mi perdición también se distorsionaban de la vista tomando otra curva, una mas infinita, la mia, alejándome en dirección al borde blanco celestial, donde las nubes se veían enormes, infranqueables. Había tomado una dirección tercera.
Todo se trató de la dilación, ahora vuelve, va viene, el paisaje me lleva más allá de la carrera olvidada al puerto de Marsella, el vino de la celebración aparecía diluido en las aguas, me vi más pequeño que las cosas que ya estaban desapareciendo, no quise beber nada. El futuro era humo, me demoré en tirar la señal de auxilio, demoré en molestarles, ellos iban con la sangre en el cerebro y hasta hundidos en su mar, detenido en lo que les odiaba por les dejé ir, quizás tontamente.
Era probable, alguien tenía razón, la ansia de hacer o pensar, matar las posibilidades haciendo más de una cosa a la vez es el caos personificado, el caos para los razonamientos comunes y la desgracia de las mentes menos elevadas, es decir cualquiera que no pase la línea del prodigio: muchos estábamos mal, y encallábamos demasiado seguido. A mi no me importaba, esta era la décima vez que desgraciaba mi sueño cruzando las rutinas con las misiones con los sentires, me evanezco mas que el mar, por inútil y por complaciente. Debí enfocarme, qué me frenó...
¿Y que había alrededor? Nada menos que la laguna mundial, lo profundo-azul que por algún motivo es redondo y por algún motivo no se cae. Ensimándosele, el inmenso cielo mullido en algunas nubes de tormenta gruesas que de pura comodidad ya estaban sacando chispas de colores en contornos morados. Se volvió extraño sentir el viento correr, sentí que todo era un vórtice, donde sea que esté ahora navegando, no le daba más importancia...
Gentio12 de abril de 2012

2 Comentarios

  • Libelle

    Muy buen texto amigo gentio

    12/04/12 04:04

  • Buitrago

    Bueno, si, me ha gustado mucho
    Saludos

    Antonio

    12/04/12 04:04

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