Me inunda al besarme sin escapatoria
Me quedo, sintiendo, tiritando, muriendo
Cayendo entre sus garras implacables
Confundiéndome entre ese mar que choca
Y se extiende por mi boca, la roca que se moldea
Al compas del deseo que le consume
Soy un muro débil al contacto de sus manos
Y él perdido entre la enmarañada selva
Descubre y re descubre mis caminos, mis valles y mis ríos
Y Cual si fuese niña que muere de frío,
Tirito muriendo de fuego y pasión
Mientras me revive requerida por sus manos
Y el bufido que choca contra mi cuello
Es la señal para danzar hasta tocar el cielo
Que ante su llamado hasta las pequeñas muertes
Retroceden, que ante su mirada el hielo se deshace
Y quedo solo yo, solo él, amor y sonrisa, besos y pieles.