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Cuarto 48

Fuera del hotel del agobio, lejos de aquellas paredes de color carmesi, lejano de aquellos pisos de madera que fusionados con humedad solo desprendian olor a putrefaccion y muerte, dejando atras la ventana iluminada cuyo brillo me dejo pensar en una esperanza lejos de ese hotel en el cual deje mis ultimas gotas de razon y cordura, aquel cuarto enumerado con el 48, 4 cuartos antes del final del corredor color carmesi rumbo a las escaleras de madera, 8 los dias que pase en dicho hotel en el cual casi pierdo la razon y termino con mi preciada vida, puede ser coincidencia, o algo muy curioso fruto del azar o talvez el destino o quiza no era nada.
De cualquier forma dejando eso atras hoy camino fuera de ese hotel con lluvia en mi camino junto a personas inertes e inquietantes, como el valle lleno de estrellas el cual llamamos cielo, que aunque parezcan inertes se desplazan en la inmecidad del espacio dejando ir su brillo el cual llega para iluminar la sombria y solitaria noche, pero dime que pasaria si entre cada esquina e interseccion de calles y avenidas vieras algo de ti mismo como las estrellas en el cielo añorarian poder hacer, ver y recordar lo que solias pensar de niño cuando la vida era sencilla y no tan entrincada y conflictiva, donde soñabas con la fama y fortuna, pero ahora dime que ocurrio, la fama se fue de tus manos, el dinero se filtro entre tus dedos como arena de mar, o talvez tu cambiaste y dejaste atras la pureza de sueños que en el mundo de los adultos son rechazados por ireales e imposibles de lograr, donde cada dia el tiempo toca tu hombro para demostrarte que no en vano ella existe y su transcurrir es eterno e inquebrantable, igual que las aspaz de un molino olvidado dispuesto a contar sus historias sobre batallas vistas convertidas en mito o olvidadas por el mundo de los hombres, dejandote claro que no posees poder para menguar su transcurrir, que aunque fijo y preciso es indesifrable pero bajo una tela de entendimiento fue encasillada en terminos de horas, minutos o segundos en un intento humano por definir y entender todo.
cuanto llevo fuera de ese hotel , las horas se pierden cuando vagas por ideas en un mar de dudas e incertidumbre, lo cual te hace dudar sobre el tiempo porque mientras no se cuanto tiempo llevo fuera de aquel hotel otro pudo llegar siendo tragado por sus fauces hambrientas de cordura y razon, mientras aqui anochece en otro lado amanece despojando a la realidad y al tiempo su tela de juicio y razon, dejando de lado las mismas para demostrar en una manera simple como sin esfuerzo ni grandes discursos lo que llamamos tiempo se burla de nuestras ideas e intentos de definirla encasillandola en lo finito y entendible.
Y asi sin razon ni cordura completo una noche fuera de aquel hotel y sin rumbo fijo en esta calle fria de asfalto y algamaza despojada de la vida que alguna vez tuvo brotando en ella verdes prados y robles imponentes, donde ahora solo el frio alla hogar y el desosiego y la soledad han plantado sus raices, descanso entre la lluvia y personas vanales, y asi al entreabrir mis ojos sintiendo el golpe de la realidad de lo infranqueable, lo tenaz de lo preciso mientras morfeo me teje en su capullo de sueños e ilusion, un quejido me instala de nuevo en la realidad abriendo mis ojos a la verdad encasillada en ese cuarto de hotelde paredes carmesi sobre un catre desquebrajado por el tiempo, entendiendo al fin los limites de la razon que al fin he perdido y conociendo el significado de aquella puerta cuyo numero 48 al fin devela su verdad, no eran 48 dias, minutos o segundos, tal vez solo un numero bajo la ilusion de irealidad me permite ver que 48 solo fue una excusa enumerada para que las fauses entreabiertas de este hotel devoraran los limites de mi razon, dejando saldada una deuda que nunca pedi y que aun asi debia pagar.
Levantandome y abriendo una puerta hacia la locura mirando al frente de aquel cuarto enumerado con el 46 donde horas antes vi aun hombre arropado con un tejido de sangre y muerte, mientras sus puertas se abren desvocando en un sin fin de emociones aquel rostro muerto despojado de toda vida, ahora ante mi brillante y vivo en cuya mano empuñaba un arma, dejando claro para mi el hecho que iba a ejecutar dejandome ajeno a su realidad la cual se repetiria en aquel corredor de hotel de color carmesi sobre los limites de mi propia razon y cordura, devorando asi lo que quedaba de ella dejandome solo con el desosiego y la desilusion del dolor y la pena.
Halkonkain06 de mayo de 2011

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