El edificio del poeta con sus numerosas puertas. Lo mismo podía estar sobre las estrellas que bajo las cortezas. Y él podría abrir ventanas que desconocía tener, e incluso ver pasar a través de ellas a quien dudaba reconocer.
Su salón un día nevado, le haría crear obras que más tarde serían sustituidas por días de verano. Y es que el edificio del poeta no siempre es igual. Sobre él puede que llueva o algo que se le parezca.