Ruborizando la mañana,
bandadas de estrellas
con saludable lividez,
titilan a los de abajo,
que se alejan a dormir.
Amo a Luna de Plata,
en conjunción vaporosa
mi simiente le toca
el rincón del Ãmpetu.
Con flexión temblorosa
inflamados sus senos,
feliz, mojada de nácar
me besa y se marcha.
Errática sonrisa irracional.
Ambiente de quehacer.
¿Y mis sarcasmos?
Una pausa, un café, otro,
mientras llega la huella
que salió temprano,
estrenando airosa herrerÃa.
Es tal el crucigrama,
y la palabra derecha,
cegado sÃmbolo lejano,
horizontal, vertical,
letra de pisada altiva
¡Ah no, desmanes hoy no!
Un retoño se despereza,
viene desde el patio
trayendo el sueño del tizón,
quema Ãntimo el repertorio,
cabe sereno su gorjeo dual.
Descalzo,
predicando oraciones devotas.
Hereje,
arreando un atrevido coqueteo.
Juntos, salpica alzando las páginas,
la abundancia se desborda,
abandonando las insolencias
en el agujero del olvido.