Siempre he leído con aptitud crítica, visión plural y abierta, a veces lúdica, numerosos libros (académicos, técnicos o místicos), revistas, semanarios, enciclopedias, manuales, diccionarios, esquelas, discursos, folletos, guiones teatrales, panfletos, volantes, cartas, afiches, mapas, crónicas, inclusive la pintura y el dibujo es escritura.
El leer nutre el espíritu, con la comida, se alimenta el cuerpo.
Son muy diversos los medios de comunicación contemporáneos no exentos de interés por mi; han permitido informarme, me refiero a prensa, radio, cine, TV, internet, video, documentos Word, PDF, TXT, JPG, HTML, gráficos y un largo etc.
Y por supuesto los de tempranas civilizaciones, los que me han impactado más positivamente desde niño con su fascinante aire de misterio a veces hermético: Las estelas Mayas, Aztecas, Incas, Petroglifos o Ideogramas Caribes en nuestro continente Americano, y de otros continentes; la escritura cuneiforme en tablillas de arcilla, los frisos Egipcios, Sumerios, papiros, edictos romanos, juglares, pensamiento sistemático griego y hasta la cerámica como manifestación cultural mundial, tiene escritura, mensaje.
No tengo una torre de Babel de múltiples lenguajes forjado en la cabeza. Si organizo toda información en segmentos según mi interés dándole jerarquía o importancia y según mi estado de ánimo. Lo escrito por los demás me ha conducido y permitido conocer al escribiente, al escritor, al que manifiesta su verdad, estilo, creencia, que no necesariamente es la mía.
Y absolutamente todo, me halla gustado o no, han confluido en que yo exponga mi interés por la escritura.
Primero es la lectura y luego con el tiempo se ejerce la escritura y la práctica me dice que algo he aprendido, y que nunca dejaré el aprendizaje, es mucho por recorrer y con la convicción sincera de que me marcharé del planeta siendo todavía un gran ignorante en el arte de la escritura.
*Todas las imágenes fueron tomadas de la web.