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Juny


La sala de jazz, “Clamores”, estaba abarrotada de público. Actuaba la “Genuine blues band”.

El cuarteto español, liderado por la contrabajista Laura Martínez, había alcanzado gran popularidad a finales de los años noventa en todo el mundo, y ahora, después de su gira por Europa, actuaba en Madrid.

El presentador, un hombre de mediada edad, anunció al grupo. Las luces de la sala se apagaron y, en medio de los aplausos, un foco de luz blanca iluminó a los músicos en el escenario, al tiempo que sonaba “Soul”, una de las piezas claves de su repertorio, compuesta por Marta, hermana de Laura y pianista del grupo.

El ambiente era cálido y la gente disfrutaba de la música. Durante la cuarta canción, en un rincón de la sala se organizó una discusión. Los músicos siguieron tocando mientras los asistentes reclamaban silencio y volvían la cabeza hacia donde se había iniciado el revelo que, a juzgar por las voces e improperios que se escuchaban, se había convertido en pelea.

De pronto se oyó en la sala el estruendo de un disparo. Gritos, carreras de la gente, mesas volcadas, ruido de vasos al estrellarse en el suelo…. En el escenario, Laura notó un fuerte golpe en el mástil de su contrabajo, que le hizo perder el equilibrio y caer al suelo.

Marta, asustada, se acercó a su hermana y entre ella y Paco, el batería, la sentaron en una silla y trataron de tranquilizarla. Estaba pálida…

-¿Cómo estás, Laura?
-Bien, bien..., solo ha sido el susto.

Veinte minutos después, a las doce de la noche, llegó la policía, que después de desalojar el local de curiosos y de hacer algunas preguntas a los camareros sobre lo que había ocurrido, se marchó.

Los músicos, en el escenario, recogían sus instrumentos y comentaban el incidente.

-Mira, Marta, acércate- Laura limpiaba el contrabajo, antes de guardarlo en su funda de piel.
-Dime
-Laura señaló la bala que se había incrustado en el mástil del contrabajo… ¿Qué te parece?
-¡Dios!,…. ¿Tú lo sabías?
-No, noté un golpe, pero no imaginé nada de esto- y trataba de hurgar con la uña para sacarla- . Un poco más…, y no lo cuento.

Se abrazaron, y lloraron juntas. Después, mas tranquilas, hablaron con el dueño del Club y quedaron en verse al día siguiente por la tarde, en la sala, para ensayar y fijar una fecha para celebrar el interrumpido concierto. Se despidieron de los músicos, salieron a la calle y paseando se dirigieron al hotel donde tenían reservada habitación.
En el camino apenas hablaron. Al llegar, cogieron la llave en recepción, subieron a su cuarto y, después de ducharse se acostaron.

-Oye, Marta, ¿te reirás si te digo una cosa?
-No, ¿Qué es?
-Creo que ha sido Juny- y acarició el anillo de plata que llevaba en la mano derecha-
-¿El que ha disparado?
-¡No, mujer!
-Eso son tonterías, Laura. ¿Qué tiene que ver Juny en todo esto?.. Aquello pasó siendo niña…
-Bueno, te parecerán tonterías mías, pero yo creo que algo tiene que ver él en todo esto.
-Anda, vamos a dormir, que son las cuatro de la mañana..., que descanses.
-Gracias, igualmente,… hasta mañana.

………………………………………………….


Se despertaron cerca de las dos de la tarde. Después de asearse, bajaron a comer al restaurante del hotel y luego paseando, fueron al “Clamores” a ensayar un rato.

Al terminar el ensayo, cenaron con los músicos en el Vips de Serrano, y después de una agradable conversación de sobremesa, que se prolongó hasta tarde, se fueron a dormir.

La noche anterior, Laura la había pasado despierta y recordando a Juny. Le gustaba acariciar el anillo que tanto tiempo había llevado colgado al cuello con una cadena de plata. Ahora que ya le estaba bien, podía ponérselo en el dedo.

Había aparecido misteriosamente, cuando tenía apenas tres años y jugaba con su amigo imaginario.
Al principio-recordaba-, sus padres no le dieron importancia al hecho de que hablara y jugara con alguien a quien los demás no podían ver….

-Mira, papá…, aquí está Juny…
-Pero, hija… si aquí no hay nadie…
-Si, papá, lo ver... ¡No pises ahí mamá!, que está Juny...
-Perdona, Juny – y se reía la madre- no te había visto...

Aquello se había prolongado durante casi seis meses. Sus padres, según le contaron después, consultaron con un sicólogo si aquello era normal. El doctor despachó el asunto de manera sencilla...” Hay muchos niños que juegan con un amigo imaginario, sobre todo si son hijos únicos..., lo utilizan como compañero de juegos..., pero en este caso si tiene una hermana... En fin, no se preocupen que es un asunto que se resolverá en cuanto se haga un poquito mayor...”
Pero la cosa continuó. Un día en que su madre le dio una manzana...
-Toma, Laureta,..¡Cómetela!
-¿Le puedo dar a Juny, mamá?
-Si, dile que si quiere…

Laura, extendió la mano, y todos los presentes estaban expectantes... Si la manzana se mantiene en el aire y llega a ser mordida por alguien invisible…, allí hubiera habido más de un desmayo.

-No, mamá, dice que no quiere. Toma mamá, que Juny y yo nos vamos a jugar…


…………………………………………………..

Ahora, en la habitación del hotel, recordaba todas aquellas cosas y sonreía. Su hermana en la cama de al lado dormía y ella no podía resistir la tentación….

Se levantó y se fue al cuarto de baño. Encendió la luz, cerró la puerta y se sentó en el pico de la bañera...

Después se quitó el anillo y con el apretado en su mano, recordó la mañana en que su madre lo encontró en su camita…

Guiñó un ojo y en el otro puso el anillo, como si fuera un catalejo y miró… Allí estaba, como la noche en que se lo dio de recuerdo y le dijo que, aunque no le volviera a ver, siempre estaría a su lado.

Era como una película en color…, aunque un poquito empañada la imagen por las lágrimas que se le escaparon…

Vio la bala saliendo de la pistola y como aquel muchacho moreno, de pelo rizado y mirada limpia, la desviaba con la mano para que se clavara en el mástil de su querido contrabajo... Era el mismo con el que había jugado tantas veces de pequeña… y que, cuando se presentó, por primera vez, le dijo que se llamaba…Juny...






©isidromartínezpalazón. Febrero 1996
http://www.isidromartinez.es/
Isidro30 de diciembre de 2008

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