Solía esperarte. Solía pensar en llamarte. Solía querer soñarte. Pero no, ya no. Dormir está hecho para dormir. Sigo queriendo soñar contigo. Pero ya no lo admito. No me lo admito ni a mi misma. Sólo lo pienso, y como no lo puedo borrar de mi mente, lo margino. Margino mi absurda OBSESIÓN por ti... y es entonces cuando sueño que sueñas en mi.