Cuantas veces tenemos maremotos de pensamientos que nos provoca un vomito de verborrea y terminamos tragando las palabras.

Pensamientos envalentonados coqueteando con el dulce amargo de la venganza, armadas de flechas hirientes que terminan sin blanco que apuntar.

Se esfuman los sujetos, los verbos y los predicados, bajo un espeso humo de miradas acusadoras por un intento de liberar un deseo reprimido.

Las palabras que son engendradas y sepultadas en el cementerio de las conveniencias adornadas con flores de amapolas que duermen el alma.

Janet

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2 Comentarios

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  Luisjose

  Janet! a veces los pensamientos corroen nuestras almas ... nos sepultan y en ocasiones nos resucitan. ¿Qué escogeremos al final? Besos.
  
  Luis Jo.

  10/02/20 04:02

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  Janet

  Gracias por pasar por mis escritos,un abrazo Luis

  18/02/20 04:02