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A Cielo Abierto

El hombre pájaro estaba subido a la azotea del edificio más alto de la ciudad, era una visión espectacular, Aquel alto personaje con traje negro y unas grandes alas blancas hechas de plumas de gaviota, asomado al alto precipicio observando la más maravilloso paisaje jamás imaginado por su mente enferma, el sol se ponía por el horizonte en su mando de agua rojiza, aquella luz hacia que la ciudad pareciera estar consumiéndose por un fuego pacificador. Hacia un mes que había salido del hospital siquiátrica, su medico le había dicho que su locura había finalizado y que lo único de lo que se tenia que preocupar era de tener una estabilidad sentimental para no tener una recaída que podría ser la ultima.

Dos días después de salir de aquella prisión de pensamientos, conoció a una camarera en el antro al que iba a comer aquella mujer le robo el corazón desde el mismo momento en que vio su cuerpo salir de la cocina, ,tras una semana de perseguir con su mirada la sombra de la ladrona de su amor se decidió a hablar con ella, así que en la cuenta de aquel día le escribió una nota.

Puede que te parezca atrevido pero no puedo evitar lo que debo hacer ya que la luz de tus ojos oscurece mi mente hasta anularla, no puedo pensar en otra cosa que no sea estar a tu lado, que no sea oír tus susurros, que no sea ser parte de ti. Por ello debo pedir que me correspondas y empecemos una relación que será como el vuelo de una golondrina con el final más feliz que puedas imaginar.
El hombre pájaro.

La camarera al leer aquella nota no pudo hacer otra cosa que secarse las lagrimas que le caían por las mejillas rojizas, aquella nota le había llegado al alma, se acerco al hombre de la mesa numero 13, para devolverle el cambio y en el billete le dejo una nota.

La grandeza de sus palabras hacen que el corazón de una mujer humilde se encoja, que su alma llore y una cascada de sentimientos caiga con gran fuerza torrente abajo. Hoy acabo de trabajar a las ocho me encantaría poder volar con usted.

El hombre pájaro se marcho y estuvo paseando toda la tarde imaginándose aquella maravillosa relación que iba a empezar, atrás quedaban los días de locura, aquella locura que le llevo a construirse una alas con las plumas de gaviotas cazadas con sus propias manos en el puerto de la ciudad, que vio morir a su querida esposa, el día que unos desalmados delincuentes robaron en la pajarería en la que trabajaba violando y matando a al dependienta. El fue a buscar a su mujer aquel mismo día, entro en la tienda, las jaulas estaban tiradas por el suelo muchos de los pájaros volaban por la tienda, otros estaban muertos en el suelo de la tienda, entro corriendo en la trastienda y allí encontró a su esposa con la ropa desgarrada y la cara ensangrentada, con los brazos abiertos en cruz como un pájaro que vuela en el amplio cielo. Aquella imagen lo había trastornado de tal manera que los sanitarios lo encontraron paseando por la calle con aquellas alas enromes, cosa que le llevo a ser recluido en el hospital psiquiátrico. Pero todo aquello esta superado y voy a empezar una vida nueva con mi dulce golondrina, pensaba el mientras las horas pasaban y pasaban.

Al llegar las ocho el hombre pájaro estaba en la puerta del antro con un gran ramo de flores y una sonrisa de felicidad absoluta, al ver salir a u golondrina se acercó a ella le ofreció el brazo y se fueron a cenar al lugar más romántico que el conocía, un restaurante situado en el invernadero de un parque publico. Cenaron, bailaron, hablaron, se divirtieron y quedaron en verse al día siguiente.

Así pasaron las dos semanas más felices de toda su vida, pero un día la golondrina llamo al nido del hombre pájaro con los ojos llenos de lagrimas, y la cara desencajada por el llanto de dolor, un dolor profundo. El hombre pájaro abrió la puerta y al ver aquella imagen abrazo a su golondrina y le pidió que sucedía, ella lo abrazo con fuerza y le dijo que estaba embarazada, que aquel pichón era de los dos, el se echo a llorar de alegría, pero se dio cuenta de que su golondrina tenia un llanto amargo, la miro a los ojos y le pregunto: - Que pasa amor mío? no te alegras?.
- Si me alegro mi amor, pero lloro porque no podré conocer a nuestro hijo,... Ella lloro más profundamente.

Que dices, claro que lo veras, y seremos más felices si cabe los tres juntos. Dijo el hombre pájaro animado.

Ella lo miro con dulzura, le acaricio la cara y le explico que estaba muy enferma y le quedaban tan solo dos meses de vida, que ella querría vivir para siempre con el y con aquel niño de su vientre, pero que su vida se desfallecía como se apaga una vela con la brisa de la noche. El hombre pájaro miro hacia el cielo, se sentía enfermo, todo le daba vueltas, su grito murió en lo más alto de su garganta, se puso las manos huecas en la cara y lo único que podía hacer era llorar y llorar...


Ahora estaba en lo alto de aquel edificio, con la intención de volar lo más lejos de la vida terrenal que le fuese posible, la brisa acariciaba su rostro con un dulce susurro.

De repente una sombra aparece por la espalda, es una silueta conocida, pero a la vez extraña, poco a poco la sombra se va acercando y acercando, hasta que el hombre pájaro nota la presencia de alguien a su lado, al girar la cabeza ve la silueta de su golondrina con un par de alas parecidas a las suyas, sin mediar palabra los dos se cogieron de las manos, miraron el horizonte y saltaron, en ese instante como una película en blanco y negro el hombre pájaro vio pasar su vida ante sus ojos, sus cuerpos cayeron al vació, pero sus almas se separaron en el momento en que dejaron de tocar el suelo de la azotea sus almas se convirtieron en pájaros que volaron muy alto y muy lejos, olvidando sus penas terrenales.




Jbarcelo10 de diciembre de 2007

1 Comentarios

  • Mejorana

    Es un texto muy muy bonito jbarcelo, me ha emocionado

    25/12/07 01:12

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