TusTextos

El Piano Sabe Algo que tu No (capitulo 14)

Capitulo 14. Tiempo.


¿Cuántos años han pasado? ¿1, 2, 3…? Ya perdiste la cuenta, y sigues solo. Tu familia te “perdono” ¿pero a que precio? Al de ser infeliz lo que te resta de vida. Tu enfermedad empeoro. O eso hiciste creer. Empeoraste por arte de magia, te curaste por arte de magia. Los últimos años tu vida se ha regido por el día a día. No tienes un propósito, no buscas un futuro. Tu hogar ha sido una habitación oscura sin mueble alguno, solo un espejo…algo que te recuerda que no solo existes tu. Que tarde lo aprendiste. “El señor Way se ha ido” y tu corazón junto con el. Quieres que te lo devuelvan, en las mismas condiciones a como lo entregaste. Pero ya no se puede. No se puede reparar un corazón tan destrozado como el tuyo. Has pasado horas frente a una pantalla de computadora, buscando en registros aquel nombre. Nada aun. Miles de preguntas invaden tu mente: ¿y si le paso algo?, ¿y si esta muerto?, ¿Por qué no me avisaron? Tal vez porque eso no pasó.
- Geraldine…Gema…¡Debe de estar por aquí!...Ge… - Buscabas con desesperación, era tu ultimo recurso, habías buscado en todos los registros de habitantes de Nueva York, este era el ultimo, si no estaba…todo se iría al diablo. - ¡Gerard! – Das un clic y lo tienes todo, dirección, numero de teléfono… - Avenida Kingdomn, Edificio Rose #102… ¡Ja! Te encontré.
No lo dudaste mas, empacaste tus cosas y compraste el boleto del siguiente vuelo a Nueva York. No dijiste nada a nadie, si lo hacías te impedirían hacerlo, y no estas como para perder el tiempo en ridículas discusiones. Como dicen por ahí: El tiempo es oro…un minuto mas no pudiste perder. No podías dejar de golpear el suelo con tus pies, y eso molesto a muchas de las personas que se encontraban en el avión.
- Disculpe joven, ¿podría dejar de hacer eso? Los pasajeros se están quejando.
- Disculpe. – Dejaste de hacerlo, pero solo por unos segundos, porque los nervios eran mas fuertes que tu y no podías evitarlo.
Por fin llegaste, después de un agitado vuelo de 15 horas. Esperando que te fuera bien. Entras a uno de los hoteles mas lujosos de la ciudad, todos te creen raro por tu forma de hablar. En ese momento no te importa, quieres descansar y despertar lo más temprano posible para ir a buscarlo, seria sábado, según tenías entendido, los fines de semana descansaba. Nunca hablaste con el desde que se fue, lo supiste porque en un pueblo tan pequeño los chismes corren rápido y el periódico no hace esperar a su habitantes para informarles acerca de las vidas de las personas mas importantes del pueblo.
Te levantaste muy temprano, total, no pudiste dormir la noche anterior, seria un día muy largo. Esperas con ansias. No iras en este momento, puede estar dormido y no quieres molestarlo. Aunque será difícil dar con la dirección, no conoces a nadie. Te asusta el hecho de tener que recorrer una ciudad tan grande tú solo. Pero correrás el riesgo, todo sea por él.
Tomas un taxi y le das la dirección en un pedazo de papel, el hombre como si nada arranca, sabiendo perfectamente a donde llevarte. Hasta el momento no ha sido tan complicado.
Se detiene frente a un gran y elegante edificio, bajas y le pagas. Mira su mano y después voltea a verte a ti.
- Disculpe, pero solo acepto dinero americano.
- ¡Ah! Si, si, aquí tiene.
- Gracias.
- A usted.
No puedes creer que hasta por eso tengas problemas, pero descuida. Eso es lo de menos. Te acercas a la puerta del edificio y un señor de edad avanzada te detiene.
- Lo siento, no puede pasar. Es privado.
- Estoy buscando a alguien, ¿podría ayudarme?
- Tal vez, dígame su nombre y el de la persona a quien busca.
- Soy Frank Iero, busco a Gerard Way.
- Espere un momento.
- Gracias.
Entra a un pequeño cuarto, cierra la puerta. Te ha dejado ahí esperando alrededor de 15 min. Hasta que por fin sale, no con buena cara, como si lo hubieran regañado, si, ¿pero quien? ¿El aire? Lo dudo.
- ¿Y?
- Puede pasar.
- Gracias.
Fuiste directo al ascensor; querías llegar lo más rápido posible. Hasta el tercer piso, y comenzaste a buscar la habitación #102. Que lugar tan desesperante cuando no conoces nada. ¡Al fin! Departamento #102. Los nervios te están matando, sientes como si fuera la primera vez lo que lo fueras a ver. Para tu suerte había una ventana que reflejaba todo, te miraste una vez y te acomodaste la ropa. Tocaste a su puerta…
- Hola.
- ¿Hola?
- Eres Frank, ¿cierto?
- Si, ¿y tu eres?
- Soy Ryan, mucho gusto.
- ¿Ryan?
- Novio de Gerard...
Jocelyn16 de marzo de 2009

Más de Jocelyn

Chat