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El Piano Sabe Algo que tu No (capitulo 3)

Capitulo 3. Nada es lo que parece.


El día de la feria ha llegado, Frank se encontraba dando los últimos arreglos a su corbata. Una ultima pasado por su cabello y estaría listo para irse, pero ¿como haría para buscar al hombre ese, si estaría con esas personas? Después vería como arreglar ese pequeño inconveniente.
- Bien...parece que estoy listo.- Hablo para si mismo, ¡esperen! en la invitación no mencionaba si podía llevar a algún invitado o invitada, que tal si... ¿llevaba a alguien? Solo para molestar a cierta persona...no estaba seguro de si funcionaria, pero intentarlo estaría bien, no perdía nada...al fin y al cabo...aun no ganaba...
- Frank Iero...nos alegra que haya aceptado la invitación.
- Como negarme señor, se lo agradezco. - Estirando su mano, esperando a que el hombre frente a el, la tomara.
- Siempre será un gusto contar con personas con tu talento. Quiero presentarte a mi hija...Eliza Graham.
- Un gusto señorita.
- El gusto es mío y por favor...llámame Eliza.
Frank no pudo evitar sonrojarse ante tal coqueteo por parte de aquella mujer.
- Así lo haré. Ahora, permítanme, presentarle a Serena Vandergeld, mi novia.
- Señorita... - Tomo la mano de la mujer y la beso educada y delicadamente, por parte de ella, recibió una calida sonrisa y un "hola" como acto de cortesía.
- ¡Oh! Frank...por ultimo, pero no menos importante...mi hijastro...Gerard Way...
- Gerard Way...mucho gusto...
- Igualmente, Frank. - Haciendo un pequeño énfasis en su nombre.
Supo su nombre, no de la forma en la que el esperaba, pero eso ya no importaba, ahora solo necesitaba aprovechar la oportunidad.
- ¡¿Pero que pasa con ustedes?! Son jóvenes...vayan a divertirse.
Buena idea, muy buena idea.
- Serena ¿me acompañas?
- Claro.
Enredaron sus brazos y bajaron, poco después Eliza y Gerard los alcanzaron.
- Ahora ya se tu nombre. Gerard.
- ¿Se conocían ya?
- Solo...nos habíamos visto una vez, Eliza. Claro que sabes que no soy el tipo de persona que le dice su nombre a cualquier persona que se cruza por su camino.
- Disculpa ¿"cualquier persona"?
- Claro, lo olvidaba...no soy el tipo de persona que le dice su nombre a grandes celebridades como el joven Iero.
- Uso del sarcasmo, debí imaginarlo.
- Eliza, ¿te parece si tu y yo damos un paseo mientras que ellos tratan de resolver sus diferencias como "personas"?
- Claro, suena bien.
- Discúlpenos...
- Vayan, diviértanse. - Serena se acerco a Frank y beso superficialmente sus labios, lo suficiente para poner las mejillas de Gerard en un ligero tono rosado. Después se fueron.
- Así que...Serena ¿ah? Tu novia.
- Así es...
- Es muy linda...
- Y esta conmigo...ni lo sueñes.
- Tranquilo Frank, no soy el tipo de persona que...
- Ya entendí, gracias. Por cierto...averigüe tu nombre.
- Te lo dijeron, no lo averiguaste.
- ¿Y no es igual?
- Sabes, dejémoslo ahí, eso ya no tiene importancia.
Caminaron un rato en silencio, en ocasiones chocando con sus brazos, saliendo un "lo siento" de sus labios cada vez que eso sucedía. Cada uno caminaba con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, además que se hacia un frío terrible esa noche. ¿Como explicar lo que Frank estaba sintiendo sin querer esa noche? Y no sabia porque, ni a causa de que, solo sentía mil cosas dar vueltas en su estomago y cada vez que chocaba con Gerard, estas se hacían mas grandes.
- Y...Gerard... ¿tienes novia...novio?
- ¡Jaja! No, ninguno de los dos.
- ¿Por que ríes? ¿Que es tan gracioso?
- No, no...Nada...
Iero miro el reloj que se posaba sobre su muñeca, 2:37 a.m., que rápido se había pasado el tiempo, no tenían mucho tiempo de haber llegado, o por lo menos no lo había sentido pasar.
- Gerard, es tarde, tengo que irme.
- Vamos a buscar a Eliza y Serena.
- Bien...
Recorrieron toda la feria sin rastro de ellas, los dos comenzaban a preocuparse, había que decir que el pueblo no era el lugar mas seguro del mundo, puede que tranquilo, pero no seguro. "Nunca salgas de noche, mucho menos solo" eran las palabras que su madre le repetía cada vez que salía a una fiesta con amigos y dejaba a Frank en casa solo. Pero un adolescente como el... ¿que haría en las calles de Foreward tan tarde? No estaba acostumbrado a ir de fiesta, ni siquiera tenia amigos con quienes hacerlo, digamos que era un "inadaptado social". Hasta el día de hoy, que estaba acostumbrándose a tener las miradas sobre el, a ser el invitado de honor del evento mas importante del pueblo, a que alguien como...Gerard...le hablara. Demasiadas atenciones y todo en menos de dos semanas. ¡Vaya! ¿Quien lo diría?
- Aquí están. Estábamos preocupados. Pudo haberles pasado algo...
- Hay Frank, tu siempre tan imaginativo, estamos bien.
- Serena, es hora de irnos.
- Muy bien.
- Solo iremos a despedirnos del Lic. y nos vamos.
Las dos mujeres se adelantaron, Frank iba a hacer lo mismo, pero una mano lo detuvo del brazo, jalándolo hacia atrás.
- Espera... ¿que prisa tienes?
- Tengo que ir a dejar a Serena a su casa... - Tratando de volver a caminar, pero de nuevo fue detenido por Gerard.
- Oye... ¿podemos...algún día vernos de nuevo?
- Claro...
- Como amigos...claro.
- Si Gerard, lo se...no es necesario que aclares esa parte.
- ¿Me darías tu numero y dirección? Yo te llamo...
- Si, mi dirección es Palace street #567 y mi numero 589-23-34.
- Gracias...yo...yo te llamo.
- Gerard...
- ¿Si?
- Yo creí que...eras arrogante, presumido...y perdona que te lo diga de esta manera, pero...
- Nada es lo que parece Frankie, solo tienes que...mirar mas haya de lo que vez.
Ahora si, Gerard se adelanto. ¿Frankie? Nadie lo había llamado así desde los 15 años, ni siquiera su madre, que pensaba que aun era un niño caprichoso, no le gustaba, pero viniendo de el...era algo muy... ¿tierno? Algo pasaba con Iero, generalmente era muy difícil que socializara con alguien, pero esta vez supo que no habría problemas.
El y Serena subieron al auto que los llevo hasta ahí, era el chofer de sus padres, Frank tenia auto, pero no sabia conducir...cosa rara...no saber conducir y contar con un lujoso auto. "Para cuando aprenda" se decía así mismo cuando veía el auto resguardado en la cochera de su casa.
- Gracias por ayudarme prima.
- No hay porque Frank, sabes que cuentas conmigo para lo que quieras, y ¿funciono?
- Pidió mi numero de teléfono y dirección, ¿tu que piensas?
- Puede que si haya funcionado.
- Por favor no menciones nada de esto a nadie, sabes que nuestra familia es...no piensan como me gustaría que lo hicieran, no quiero decepcionarlos yo...
- Tranquilo Frank, no diré nada...
- Gracias... - Se fundieron en lo largo abrazo. Después de eso Frank la vio partir. Ella era su mejor amiga, además del instrumento de madera que ahora "dormía" en la habitación continua junto a la suya.

Jocelyn02 de marzo de 2009

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