Cuerpo
Esta perfidia de liviano acero
que exentos al suplicio nos sustenta;
con látigo voraz nos alimenta
y nos consume en apacible esmero.
Esta leal prisión; sepulturero
de horas, días, años como afrenta,
será indultado al fin de esta lid cruenta
en la que inerme abdica a ser guerrero.
Cenicero será de sus cenizas
mas se verá a si mismo inepto plomo
al sucumbir bajo su propio peso;
por ende de esta nave están las drizas
asfixiando el porque, el cuando y el como
de nuestro renunciar a carne y hueso.