A ti, que moras en nuestras vidas
aventajandote a cada caída.
Tu que lo cubres todo en penumbra
y quemas la piel con tus negras llamas.
Eres ladina y maliciosa,
haces de la vida un guiño.
Te da igual que sea
adulto o niño.
Contrariar la vida es tu orgullo
y nadie te sabe apreciar por tu don.
Aunque se que otorgas paz
y descanso eterno a aquellos que lo merecen.
Te imploro en nombre de un ser querido
para que tengas piedad y calmes su dolor.
Sabe que en ti terminan todos los caminos,
y está agradecida por haberlos recorrido todos.
Ahora que tan cerca tuyo está, acogela en tu seno
y dala lo que siempre ha merecido, el descanso eterno.
Un solo toque tuyo la bastará para alcanzar la calma...