Tantas veces he muerto y tantas veces
resucité tu imagen en mi espejo;
cuantas mi alma joven me hizo viejo,
tantas como tu ausencia fortaleces.
Cuantas fui devorado por los peces
de la mar que ocultaba tu reflejo,
cuantos recuerdos dulces despellejo;
entre horas y horas me entristeces.
Después de amarme tantas me he perdido
en silencios. En sueños te he escondido
para así, entre mis noches, encontrarte.
Tantas veces nací después de muerto
y tras tanto soñarte me despierto
para vivir tan solo de pensarte.