“…Yo estuve allÃ. Durante la crisis de los Montepez en su tierra y poco después. Mi padre y mi familia estuvieron reunidos para dictaminar una resolución al vacÃo de poder. Dejamos a una rama de los Kastor (mis tÃos) para formar un gobierno provisional. Como me gustaron aquellas tierras, mis padres aceptaron que estudiara allà derecho y legislación para convertirme en lo que soy ahora”
Antonio se habÃa abrochado la camisa y volvieron las molestas toses. Aunque sus ojos brillaban al recordar felices años de juventud.
“En Julio de 2984, tanto los asesores como mi familia estaban muy preocupados con la situación en Agreste. Dado a que odiaban a los ustules, muchos acabaron por abandonar su ciudad natal para rehacer una vida fuera de presiones ustules y un clima de mejor libertad. Aunque mis tÃos me afinaban en mi residencia para evitar males mayores, me escapaba y me iba con unos amigos a los lÃmites de la montaña para ver la ciudad de Agreste, poco a poco, más pequeña y abandonada. Mis amigos tenÃan opiniones diversas. HabÃa quienes decÃan que los aimieranos se lo habÃan buscado por ponerse en contra del gobierno de mis padres. Otros decÃan que los ustules eran los malos y que deseaban imponernos sus normas (estos dos bandos siempre se peleaban) y habÃa quienes deseaban irse de Ramber por esta tensa situación.”
Pero su cara se tenso más aún en este tramo de la historia, además sus toses se volvieron más feroces. Aunque, una medicina que aspiraba, parecÃa aliviarle.
“Fue un dÃa de Agosto cuando sucedió todo…”
“El 14 de Agosto” Pensaron ambos Aimier. Sin duda todos recordaban esa fecha.
“Salà más tarde porque me habÃan castigado por hacer lo mismo semanas antes y hacÃa demasiado calor incluso por las tardes. La noche evitarÃa que me vieran y el frescor de la noche me aliviarÃa de las encerronas de aquella casa. Fui hacÃa donde iba siempre, pero percibà algo extraño, habÃa alguien más. Justo al acabar la carretera observe que habÃa unos militares apostados en el lÃmite en torno a una base de control. Siendo pequeño y tras el frondoso bosque de la montaña, me colé y salte la lÃnea limÃtrofe con el término de Agreste-Montepez. Una vez en lo alto de la colina, alejado de los militares me quede viendo las pocas luces naranjas de la ciudad de Agreste. Me quede medio dormido cuando unas atronadoras voces se distinguieron a más de 1 decena de kilómetros. La revuelta Aimier habÃa estallado. Fuego y gritos lejanos bramaban y los militares se dirigieron con diligencia al estallido aimierano.”
Antonio se quedo en blanco. Los invitados vieron que éste estaba sudando y casi temblando. Las mujeres empezaron a murmurar que no siguiera, pero…
“Y vi claramente. La COGESEK se replegó sin forzar a nadie y abrió los tanques de Seiko del Convertidor nº 103 de Ramber, el de Agreste. La explosión fue descomunal. La propia onda explosiva me catapultó hacia dentro del bosque de Montepez y me gane esta cicatriz…”
Todos estaban asombrados. Estaban con el presidente de Ramber y, además, con un superviviente de la masacre de Agreste que lo habÃa visto todo. Toda la verdad estaba en su cabeza, en la de Alcoida y en la de un amnésico Ivon, que se vio contaminado por la misma mirada de consternación con las que se quedaron todos.
“Tardaron sólo unas horas en encontrarme y operarme. Me diagnosticaron con una contaminación interna de Seiko. Mi cuerpo se halla en lucha continua con el Seiko que me devora lentamente, célula a célulaÂ… Solo espero el dÃa en el que me libera de mi estigma por conocer la verdad. La verdad que andabais buscando ¿Verdad?”
Los hermanos Aimier estaban estupefactos. No sabÃan que contestar. Estaban ante un superviviente a la catástrofe que les apoyaba en su versión de los hechosÂ…
“Yo soy un Aimier” Dijo finalmente Antonio….
Si bien todos se quedaron sin habla, asimilando la historia, a Ivon se le empezaban a formular respuestas lógicas y evidentes porque para decir que es un aimier:
“Aunque es un Kastor, no deja de ser cierto que es un aimier porque su familia surgió de la primera descendencia Aimier. Es… realmente simple y concreto”
Después de haber enmudecido la reunión con las palabras del presidente, un guardia presidencial (con su noble atuendo) irrumpió en la sala con paso vivo hacia él. Susurro unas cortas frases, y volvió, con la misma rapidez por donde vino.
- Me temo que el 1º asesor concluyó antes de lo que esperaba su seminario en Halaria. Me han informado que en breves instantes estará aquÃ.
- De acuerdo, señor, pero puede que si pedimos asilo polÃticoÂ… - empezó Igneon mientras se levantaba como todos los demás. El presidente alzo la mano para hacerle callar y se levanto con dificultad para dirigirse a todos.
- No puedo realizar ese cometido – dijo Antonio – Puesto que junto a mi médico, ustedes son los únicos que conocen mi enfermedad y su causa, que cobije a aimieranos directos supone mostrarme de cara a los demás asesores y al espejo publico como un lÃder blando. Ustedes 4 – dijo señalando a los posaderos y a los hermanos Aimier – están siendo buscados por la Fuerza y la COGESEK y son compañÃas demasiado poderosas como para no hacerles cumplir lo que se nos ordenen. Si Jey Marie Ustul es quien lleva las riendas en Ramber, no dudo que la COGESEK haga lo mismo con los ustules, o al contrarioÂ…
La mirada vacua y sin esperanza desilusiono aún más las esperanzas de una solución diplomática. VolvÃan a ser fugitivos. Sin embargo, Igneon, sonreÃa.
- Vale, si usted no nos cobija, será ODISEUM quien se ocupe de los perseguidos.
Para sorpresa de los prófugos, el presidente se vió más firme y apoyo la idea.
- Eres un hombre de fe y valentÃa, Igneon, digno hijo de tu padre Osorio Verdasco. Aunque no pueda hacer nada por tus amigos aimieranos y parientes lejanos, si puedo hacer algo por la unidad US-Alfa.
Ivon deseo estar aún en el ejército. No querÃa estar huyendo otra vez, nunca más.
- Siento no poder ayudaros salvo dejaros en manos de Igneon y ODISEUM, muchachos. ConocÃa a su padre. Fue camarada de mi padre y lucho en batallas contra los sly del norte. Murió defendiendo la ciudad hace ya más de 9 años. Espero que lo que consigáis a partir de ahora no sean más palabras sino hechos y verdades. Buena suerte.
Y tras despedirse uno a uno de cada fugitivo se hizo a un lado para hablar con Igneon. Ivon se dirijo a Jonás que, tras casi 2 meses sin verle, estaba cambiado.
- Espero que tengáis suerte. Nos veremos en cuanto termine todo este embrollo.
Jonás le miro en silencio. Un semblante frÃo y duro era lo que no reconocÃa en él.
- Cuando termine esto – dijo con una voz que definÃa su verdadero carácter – Nos olvidaremos con una buena fiesta.
Y se fundieron en un abrazo. Cuando Igneon se dirigió al grupo salvador, entre todos se despidieron y se los llevo por una puerta oculta al lado de la chimenea.
Tras recorrer un sombrÃo pasadizo llegaron a una plataforma a campo descubierto y en pleno jardÃn del palacio donde aguardaba un espectacular helicóptero militar. En letras grandes y en su costado rezaban las iniciales de ODISEUM y su lema “Para conocer la verdad, la travesÃa será más dura”. Cuando se hubieron metido los 4 perseguidos Igneon se inclino dentro del aparato y dio una orden al piloto. Las palas del helicóptero empezaron a rotar sobre ellos. Igneon se dirigió a Ivon
- Espero que no haya problemas. Mi superior les estará esperando en Ferder.
- ¿No te vienes?
- Me parece que el “presi” tiene mejores planes que hacer con nosotros.
Ivon le miro algo decepcionado e inquietado “¿Se podÃa fiarse de Igneon, aún?”
- Tendréis que confiar y rezar para que lleguéis bien hasta allÃ. ¡Nos vemos!
Y cerró la puerta. El helicóptero ascendió rápidamente dejando ver como Igneon volvÃa al pasadizo. Tras el opulento palacio, Ivon observo como otro bajaba a un helipuerto cerca de la puerta principal. Aquél si era del gobierno. Y de él, un hombre, canoso y con el pelo largo, descendÃa apresuradamente. Era JM Ustul.
No parecÃa creer lo que acababa de oÃr en boca de su secretaria hacÃa una hora.