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Seiko 3000 - Capitulo 68 - Situación Crítica

El sueño premonitorio parecía ser tan real que la sensación de tener alojada una bala en su cuerpo parecía revolverle las tripas. Salió atropelladamente al baño y con sus pasos despertó a los demás.
- ¡Eh! Ten cuidado… -bramó Roberto desde su saco.
Mientras devolvía lo que tenía en su estómago, Cassandra y Alcoida se dieron cuenta de que algo no marchaba bien.
- Roberto, Fran… más vale que recojáis todo y empecemos a ser lo más cautos posible ¿entendido? – dijo Alcoida con un mal presentimiento en la cabeza.
- ¿Por qué? – preguntó Fran, algo amuermado.
- La Fuerza nos ha encontrado… - Dijo Mirella aún con nauseas – Hay que huir de aquí ¡Ya!
De pronto vieron, tras las cortinas, que Salvador se levantaba y se giraba hacia la puerta con gran sigilo. Unos segundos después advirtió que había visto unos cuantos hombres por el este venía hacia aquí. A Mirella le dio un vuelco el corazón. En el sueño, si hubiera permanecido dentro de la casa, Salvador se habría fijado en aquellos hombres que les dispararon. Los demás ya habían hecho el equipaje y Cassandra espabiló a Mirella para que se diera prisa he hiciera el suyo.
En menos de 5 minutos salieron por la parte trasera de la garita, que daba al sur, y se escabulleron hacia el oeste, en dirección fija al jeep abandonado días antes.
Un golpe y unas voces sorprendieron al grupo cuando ya se habían alejado unos 500 metros. Se imaginaron la decepción de no encontrar a nadie en la casa. Sobre todo cuando se oyeron unas voces altamente irritadas llamado ineptos a aquellos hombres…
Gabriel estaba profundamente decepcionado con todos sus hombres. Había dejado escapar por tercera vez a los Aimier. Y era la novena que su cliente les perdía. No sabía lo que pudo haber sucedido. Lo mismo ya se habrían ido el día o la noche anterior… A su llegada a Los Rodeos, la gente ya les temía. Su aspecto salido de una película post-apocalíptica, no era muy entrañable. Además, la cara de mala leche incorporada con su vestimenta invitaba a quedarse en casa. Muchos de ellos, mineros que explotaban un campo montaña arriba, se cogieron unas vacaciones anticipadas tras el primer día al llegar a pueblo aquellos tíos. Aunque Gabriel ya había recriminado a varios, Carlos lo hizo con todos, con una feroz autoridad que estuvo a punto de matar a un asesino del grupo a golpes. Demente, recordó que la paciencia de su gobierno se estaba acabando con la ineficacia de estos hombres. Habían gastado más de 50 millones en conseguir un avión, armamento, hombres eficaces de reemplazo y una flota de furgones negros que destacaban sobre la arena ocre del desierto central
- Es como si dijéramos ¡Hola! ¡Estamos aquí jueces y miembros de seguridad de los Balcania! ¡No nos importa que nos pregunten que coño hacemos aquí!
La vehemencia de Carlos despotricando en privado, aunque en compañía de Inés, a Gabriel, no tenía límites.
- Habéis gastado millones en conseguir equipamiento que no ha servido para nada. ¿Sabes lo que significa no?
Gabriel, asustado, dudó en negar o asentir con la cabeza. Al final, no hizo nada.
- Que lo pagareis caro si nunca llegáis a conseguir atraparles. Exactamente 50 millones, más intereses. El deber tiene nunca tiene un precio… Retírese
Al lector le sonara que su padre dijo algo parecido. Pues recordemos que son ustules… Tras que éste saliera del furgón, Carlos se dirigió a Inés con interés.
- ¿Quieres volver a Bahía Cost?
- Sabes que tengo que ir allí por obligación
- Pues me vas a hacer un favor allí. Y necesito que lo hagas mejor que ellos…
Novo, palacio presidencial.
- ¿Puedes repetírmelo?
- Que el grupo ha vuelto a coger el jeep de Tiberio
Jonás no se podía creer que tras varias semanas sin localizar el coche de Tiberio por controles camuflados en los que participaban miembros de la US Delta y el propio propietario, acabaran de ver como el jeep se dirigía por la carretera Norte de Vendaval hacia Bahía Cost.
- Que los intercepten y les proporcionen ayuda técnica si requisan
Icíar, quien le había informado de la noticia, pareció extrañarse.
- ¿No les cogemos?
- Recuerda la entrevista con el presidente – instó Jonás desde su escritorio – Están buscando los libros de Pandora. Cogerlos ahora supondría un estorbo en su búsqueda. Seguramente hayan dado con la pista de la familia Niala.
- ¿Cómo sabe tanto de ellos? – preguntó, al cabo de un rato Icíar, con media sonrisa.
- Igneon me informa puntualmente de ello – explicó Jonás atendiendo más a sus papeles que a la sonriente Icíar – Está en ODISEUM ¿no? Creo que ahora se encuentra en Admenistrion ayudando con el recurso… Igual que nosotros.
Icíar encontró una excusa para salir y dejarle en sus asuntos. Volvió a una pequeña puerta camuflada como parte del decorado y se encontró con una salita llena de monitores y de personas mirando pantallas, controlando el flujo constante de personas en el palacio. Desde las visitas hasta las zonas más privadas.
- Señorita Terranova – dijo un oficial uniformado – Hemos encontrado 5 cámaras más que estaban fuera de nuestra centralita. Aquí una lista de esos lugares…
Observó que la mayoría se centraban en zonas comunes del presidente y de la cámara de los asesores. Entrego la lista.
- Bien, redacten el informe y continúen buscando. Buen trabajo, oficial
El guarda se retiró y ordeno que un hombre hiciera el informe. Desde que fuera derrocado el asesor ustul, habían encontrado 54 cámaras ocultas sin que la centralita donde estaba, las pudiera controlar, ni ver a lo que apuntaban.
Tras unos kilómetros en dirección oeste, un furgón hizo que parara bruscamente el jeep que Cassandra volvía a conducir. Esta vez era Salvador el que iba a su lado. Desenfundo rápidamente cuando vio descender del vehículo a un hombre grande. Cual no sería su sorpresa cuando pudo distinguir que se trataba de Tiberio. Salió del coche y dio un abrazo a su camarada.
- ¡Tiberio! ¿Que haces por aquí? – preguntó efusivamente el Aimier
- Ayudaros, aquí están mis colegas Arturo y Augusto miembros de la US Delta.
Señaló a dos hombres grandes y corpulentos, tanto como Roberto. El resto de los amigos de Salvador estaban bajando del coche sabiendo que eran personas de confianza. Les habían dejado a propósito el coche allí para que pudieran huir. Habían montado unos controles para ver si pasabais con el coche. Tiberio se asusto cuantos más días pasaba sin ver su coche. Pensaba que le habían cogido. Luego, se sorprendieron al verles delante de sus narices hacia unos 20 minutos. Iban a proporcionarles munición, comida y le iban a decir algo importante a Salvador cuando un disparo sobresaltó a todos.
Mirella se llevo las manos al estomago y descubrió que la bala le había atravesado el cuerpo. Angustiado el Aimier corrió a cogerla antes de que se cayera y la llevo entre los dos coches. Los demás, comenzaron a disparar hacia el este de donde provenía el disparo. Alcoida vislumbró quien podía haber sido. Dando, vestido de camuflaje y con un rifle de francotirador, se escabullía precipitadamente campo abajo. Mientras los soldados, Fran y Roberto salían en pos de Alcoida, rapidísima, Cassandra se quedo junto a Salvador que lloraba con Mirella en sus brazos.
- No… No te preocupes. Le vi y quise salvarte. Te apuntaba a ti, Salva… Lo siento
- Tranquila, la bala ha salido, te pondrás bien… ya lo veras
Cassandra le comprimió la herida con una gasa, mientras, Mirella seguía hablando
- No te preocupes por mí. Los Medio estábamos malditos, sólo quiero… Que sepan que la última de la saga, pudo salvar la vida de un Aimier.
Keitaro28 de agosto de 2009

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