-¿Para que coño me das palmadas en el culo?. Buaaa, buaaa"...
-En fín no he vivido tan mal.
-¡Qué bien se está así calentito!.
-Cuánto hipócrita esperando que me muera.
-Seré grande como ellos y tendré muchos amigos.
-Sólo quereis mi dinero.
-¿Tendré hermanos?.
-La única mujer que desearía aquí y ahora está muerta.
-Sí tengo hermanos. Y yo también quiero jugar al escondite. Pero...¡Qué tontería si no me puedo esconder!. Y aquí en la cuna me encontrarían rápido.
-Y amigos sólo me quedan dos. Y uno de ellos paralítico y el otro con Alzeimer.
-Viajaré al país de los duendes. Y me enamoraré.
-El amor...Bueno mientras dura. Pero es tan efímero...
-Y seré arquitecto para construir puentes. Y grandes edificios.
-Mi oficio fue mi pasión: Hice los mejores zapatos del mundo. Pero llegó la modernidad y se acabó el trabajo artesano. Todo en serie y con computadoras.
-Bueno habrá que dormir. Es de noche.
-Cerraré los ojos. Quizás para siempre: ¡Esto es todo amigos!.
La vida es un sueño del que no despertamos. Antonio Hernández (Nueva York después de muerto)