Recuerdos me invaden ahora,
Forzándome a entender por qué me alejé.
Comprendiendo haberme dejado engañar
Prefiriendo la perfección y escapando de ella.

Correr, simplemente correr
Y nunca alejarse.
Emanando interminables llantos
Simples y puros como pocos sentimientos.

Frío y duro mi gesto siempre,
Esta noche ha de quebrarse.
Si siempre supo llorar sola mi alma,
¿Por qué esta noche mi cuerpo tuvo que acompañarla?
¿Acaso tan doloroso es para mí un acto cobarde?
¿o será que mi castigo fue tan leve,
que para olvidarte necesité verte...
y al verte deseché la cruel idea de olvidarte?

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