Sensación de vuelo raso,
criterios del todo vanos.
Batiendo alas con fuerza
no me separo de la maleza.

Basto imperio de oscuridad,
siempre leal a uno mismo,
esperando una señal de verdad
para combatir todo espejismo.

Ejércitos de hormigas
dispuestas a luchar,
cuando se de a lugar
decidir nuestras vidas.

Pasional batallón,
singular bastión,
poderosa razón,
todo es temor.

Clamo al musgo que rozo,
líbrame de esta humedad
que me atañe con desgarro
a un pasado de soledad.

Miro al cielo cubierto,
que sintiendo lo que siento,
me atrevo a gritar al viento
que aun no encuentro lo que quiero.

Descúbrete Sol, háblame de la Luna.
Convénceme de sus virtudes de nuevo.
Captura un trozo de su luz que abruma
y tráela a mi descanso entre sueños.

Concédeme su mirada un segundo
que para mi será como un mundo,
ya que sus ojos serán el tiempo
que yo viviré en su universo.

Acércame las estrellas,
que rocen mis mejillas,
que descubran su sonrisa,
que ella por fin exista.

Penetra en todo mi ser,
lléname de esperanza,
por que tal vez otra vez
el amor sea la añoranza.

Soledad huye despavorida
por que en mi no hay sitio
para una amistad torcida
sin cesar por ti dolido.

Y suena música sin duda
dentro de mis dominios,
despierta tremendos cimientos
para una singular pregunta.

Llega pronto, llega en silencio,
y estoy en el margen de mi imperio,
que aunque rudo y desolado,
nunca estuvo inagotado.

Calma en mi ser,
paciencia infinita.
No hay lágrimas en mis ojos,
ni riveras en mis mejillas.

Sonrisa alta y decidida,
da igual lo que acontezca,
la batalla es ganada de antemano.
No arriesgare mis hormigas en vano.

Penetrará lentamente,
sin hacer ruido,
y una vez dormido
me capturará sin remedio.

Tu recuerdo añoro,
como un abrazo sincero,
como una palabra,
como un beso.

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