Atosiga en mi estómago la sensación de añoranza, el desasociego interno y
el enorme calor y sofocante aire todo se entremezcla con las preocupaciones diarias;
el techo, en la oscuridad del ocaso ya no es visto, las vigas crujen cual
estertores, y ese bonito sonido de muelles y vigas que de arriba abajo me
trae ese musical y tranquilizador momento antes de dormir.
Es raro, lo sé, pero a mí me entretiene, bonito sonido que al ser
habitual relaja la conciencia y adentra el sueño.
Me falta algo conmigo, no sé, estoy abrigada, y me cuento a mi misma otras historias
que luego volveré a escribir; planes para mañana: hacer la cama , de comer, trabajar , salir
a andar, cenar y vuelta a dormir, más o menos, está bién, podría ser mejor.
Los párpados han tardado un suspiro en cerrarse y los paisajes oníricos empiezan a
deleitar mi mente; rinn, rinn, rinn, qué es esto? Despierto de sopetón, y un reloj
descarado me dice,,,! levántate y anda!.