Sigue la rutina. Un día tras otro día. Todos iguales, con las mismas cosas que hacer, el mismo tiempo para hacerlas y la misma manera. En las películas nunca pasa eso. El protagonista siempre tiene que superar algún problema, vivir alguna aventura lo que convierte ese día en único. Supongo que todos tenemos que pasar por algo alguna vez, sea un asunto grande o insignificante, pero no dejamos que eso rompa la rutina. Siempre encontramos algún hueco para aprovechar el tiempo, sin darnos cuenta que en planificar, lo estamos perdiendo. És un constante reloj de arena, que nunca dejamos que se gaste todo, porque lo giramos antes de que llegue el ultimo granito de arena abajo.