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La Despedida

Amanecía en San Juan, Sebastián besó a su madre en la frente y apresuró el paso, no quería que lo agarrara la tormenta que estaba en ciernes en el horizonte. Muchas veces había ensayado esa escena, acaso no quería arrepentirse a ultimo minuto? Lo cierto es que echó una mirada sobre los sembradíos de frijol y caminó presuroso la vereda que lo llevaría a la vía principal.

Muchas veces el rostro junto a la mirada que se tiene son el mejor reflejo de lo que piensan, sienten y viven las personas, ser explorados por la mirada es una experiencia que nos puede llegar a inquietar y llenar de desasosiego cuando no nos consideramos anónimos objetos del paisaje, intercambiables con cualquier otro objeto que se exponga a la mirada del observador. Sebastián llevaba consigo muchas esperanzas en ese viaje que le depararía un alivio a todas las tribulaciones que había vivido a lo largo de su vida, quería dejar atrás vejámenes, humillaciones, burlas y demás torturas que la cruel gente de su pueblo le había infligido desde pequeño. El se había cuidado lo suficiente para no dejar hijos regados así que su única preocupación sería procurarle el sostenimiento a su anciana madre. Pero la realidad le asestaría un revés inesperado, algo que nunca imaginó.

En el desvío estaban varios vagos todavía bajo los efectos de la borrachera del día anterior, entre ellos habían un par pandilleros, al verlo con mochila pensaron despojarlo de sus pertenencias para quitarse la resaca más tarde, sabedor que llevaba una cantidad importante de dinero, suficiente para llegar a Talismán, Chiapas o cuando menos cruzar la frontera de Tecun Umán y después buscar la manera de avanzar seguro, se opuso, después de todo sólo eran los briagos del pueblo (según él) pero no contaba con que uno de ellos había usado cocaína y andaba ya desquiciado y lo peor, armado, al verse rodeado corrió pero los nervios impidieron que pudiera darse a la fuga y es que pese a que no tenía idea de qué le podían llegar a hacer, se apoderó de él una desesperación por perder el dinero producto de la hipoteca del solar de su familia y que se había comprometido a devolver con creces. Sin mayores aspavientos, un hommie recién deportado de Houston, 'el Crazy' le increpó:

—Bueno y vos que putas pensás? Que le podés pasar encima a la raza?

—No, si yo para el Ingenio voy –respondió Sebastián en un intento por despistar.

—Vos crees que me chupo el dedo? Vos crees que me trago la propaganda del Gobierno? Ahh?!?! Vos escondes algo, qué es??? Liroboy, revisale la mochila!

—N'ombre dejame ir...

Le arrebataron la mochila, le descubrieron el dinero y el pandillero le ordenó al otro que lo apuñalara. Era su hora, la muerte se posó sobre su hombro y le llegó su triste y solitario final. Tiraron su cadáver en un barranco, lo hallaron alrededor de las 3:00 pm

—Lo que ocurrió ha generado una conmoción. Pedimos tranquilidad, mesura, porque vamos a dar con los responsables - espetó el jefe de la Policía Rural al tiempo que giraba ordenes para que requisaran a todos los tatuados de la población.

No tardaron mucho en agarrar a los fascinerosos, la autoridad se encargó de ir casa por casa hasta juntar a los cobardes involucrados en el incidente que le quitó la vida al muchacho cuyo único pecado fue buscar un mejor porvenir. Quienes presenciaron el asesinato, de manera sorprendente, no dudaron a la hora de rendir testimonio, sin embargo, se evidenciaron las diferencias existentes entre investigadores y fiscales, en un principio se temía que los dejaran ir por falta de pruebas.

A la hora del juicio se escucharon historias y relatos inverosímiles, sin fundamentos lógicos y coherentes de supuestas coartadas que no incidieron en el resultado que la mayoría (excepto los familiares de los imputados) esperaba. Para el momento que se iban agotando las tediosas fases del proceso se trataba todo con suma diligencia pues se buscaba evitar a toda costa la celebración de un nuevo litigio.

Para la hora de escuchar el veredicto, no había marcha atrás, el día luminoso se entregaba al atardecer, los nervios consumían a los presentes, y finalmente se escuchó el grito jubiloso de una mitad de la sala al mismo tiempo que los sollozos de la otra mitad, se pronunció la sentencia que se veía venir, estaba dicho, condenaron a los culpables de truncarle los sueños a quien solo buscaba bienestar para los suyos, a ese que tenía carencia afectiva y que nunca perdió la esperanza de tener una vivencia romántica.... por primera vez en su vida.
Mariolino02 de julio de 2008

2 Comentarios

  • Marisol

    Holi Mario.
    Esta tan bien escrito que me deja la sensaci?n de que realmente sucedi?.te felicito.

    besos.

    05/07/08 06:07

  • Mariolino

    muy fina en tus dulces palabras!

    11/07/08 02:07

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