Que si hablamos de mirar, los ojos son de quién te los hace brillar.
El reflejo más puro y sincero de un sentimiento, sí, y es que, a veces a una persona no le brillan los ojos como debería, a veces hay que mirarse uno mismo, y hacer que brillen como si jamás hubiera apreciado cosa más bella que tú.
Algunas tardes, filmo y grabo momentos y lugares donde he sido feliz, dónde me siento fuerte, y capaz de conseguir todo lo que me proponga, y cuando los veo, sonrio, recordando lo feliz que fui.
Pienso que no querría volver a ese mismo lugar por segunda vez, porque nunca podría volver a ser tan especial, como aquella primera vez.
Cuando todo era tan fácil, que las cosas, fluían solas.
Siempre se puede volver a ver ese brillo especial en los ojos que te devuelve le espejo cuando te miras. No dudes en buscar esa ilusión que aviva ese brillo.
Besos Mari.
