TusTextos

A Otra Cosa!

Amar no debería ser un "no puedo vivir sin ti" (por mucho que se sienta algo parecido). No se trata de competir en demostrar a quien amamos cómo lo pasamos de mal con su ausencia.
No hay nada egoísta en afirmar a quien amas que no le necesitas: Al contrario, le estás haciendo libre. Le dices: Te amo, pero no porque dependa de ti. Te amo porque me haces feliz estando. Podemos entonces deducir: Bueno, si te vas, entonces sufriré mucho... Y no tiene por qué ser así el amor: Si te vas, me dolerá, pero antes de que llegaras a mi vida, yo era una persona, y si realmente pensase que sólo puedo congeniar contigo, y tú no lo crees, entonces me tiraría de un puente... o te mataría: Ese amor inmaduro es el que lleva a los malos tratos psicológicos, a los físicos, al chantaje emocional, a anularse como persona, al "sin ti no soy nada", y a poner a otra persona al final de nuestra propia existencia.
Eso no es amor. Es miedo a estar a solas con uno mismo.
Y realmente las personas deseamos demasiado compartirnos como para pensar que sólo existe una única persona con la cual encajar.
Yo... estoy loca hombre, que problema hay con eso? soy feliz y .. aparte el mundo está loco, te cuento un secreto? las mejores personas son las que salimos de la realidad y no nos dejamos llevar a lo aburrido y encerrado, somos parte de un mundo donde la libertar se basa en la locura que lleves dentro.
Lo primero que mi experiencia me dice es que las personas no cambian... si ellos no quieren. Luego sí pueden cambiar. Así que la frase mejor debería decir "no puedes cambiar a las personas, si ellas no quieren hacerlo". Y sucesivamente, de aquí salen también otros matices.
Por ejemplo, no cabe duda de que quien realiza el cambio, en una costumbre, en una actitud, en varias relacionadas... quien lo ejecuta, es la propia persona. Es obvio. Pero... se habrán fijado cuántas veces escuchamos "me has cambiado", "antes de conocerte, yo era de otra forma" y cosas así. Sin meterme en profundidades, lo de atribuir algo que tenemos por mérito a alguien a quien apreciamos, aparte de modestia mal entendida, es un puro acto de cariño: Hacerle partícipe hasta llegar a convertir en operador del cambio a otro, cuando lo habremos hecho nosotros mismos.
En fin. Conozco casos cercanos en los que hubo quien comenzó feliz y embargado por la magia de las afinidades, de lo compartido, y terminó harto de sentirse mangoneado por su ya ex.
Y a esto es a lo que voy. Me arriesgo y lo digo: No hay una sola relación personal, tenga la etiqueta que sea, que no lleve aparejada una cierta tensión entre lo que cada uno es para el otro y lo que cada uno querría que el otro fuera realmente.
Me refiero a que lo más infrecuente en las relaciones es que cada uno acepte al otro como es, y que en el balance diario, semanal, mensual, el que sea... que hagan de su relación, encontrarán siempre aspectos del otro que preferirían que encajasen más con su criterio.
Esa tensión deriva siempre en conflicto, ya que empiezan las comparaciones, las frustraciones por no encajar, el "¿por qué no te pareces más a mí?" (cuando en realidad pensamos "por qué no te pareces más a lo que yo creo que deberías ser, a lo que yo quiero que seas").
También es posible que decidamos cambiar algo de nosotros aunque nunca lo hubiéramos visto como un problema, un generador de equívocos o malentendidos. Algo que nos conduzca a que los demás interpreten nuestros actos, nuestras palabras, como cargados con intenciones que realmente no tenemos.
A ver. Cuidado. No es que tengamos que cambiar por el criterio ajeno, en contra del nuestro. Si así fuese, caeríamos en la situación inicial de reproches y manipulación. Lo que digo es que puede ocurrir que otro, razonadamente, y con ejemplos en la mano (situaciones anteriores idénticas o muy semejantes), nos argumente que nuestro derecho a ser como somos colisiona con unos resultados que nos prejudican. Que una actitud nuestra no dice de nosotros lo que nosotros creíamos que decía.
Y para alguien como yo, que tengo por principio que nuestros hechos nos definen mucho más auténticos que nuestras palabras ("eres lo que haces"), este matiz da muchísimo que pensar.
Lo dejo aquí. No profundizaré más por ahora. Si les interesa, comentarán algo, y seguiremos viendo interpretaciones posibles. Y si no, pues a otra cosa.
Martinamanuello17 de junio de 2013

Más de Martinamanuello

Chat