TusTextos

Quédate.. Solo un Instante.

Estaba sentado en la última silla del bar... olía a vainilla, debió ser por la debida; hace tiempo que lo miraba, no creo que él lo haya echo, solo quería que me prestara atención, hace tiempo que lo estaba siguiendo..

No, no estaba obsesionada pero había algo.. algo especial en el que me llamaba, tal vez sería su mirada, o su sonrisa ganadora, o como agarraba el vaso para saborear su fina bebida, la manera en que me dejaba propina, primero dudaba, pero después de cuatro o seis segundos de mirar al vacío con esa expresión tan hermosa en los ojos, luego de eso se iba...

Cuando salía de trabajar el estaba en la silla del parque mirando hacía el bar, no sé si era a mi a quién esperaba, solo recuerdo que una vez que yo salía, el sonreía a la nada, daba media vuelta muy lentamente y en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba.

Pero.. aquella noche no se fue, se quedo hasta que termino mi turno. Yo estaba esperando que se vaya, ya que en mi trabajo la ley era "hasta que no se vaya el último cliente no se puede cerrar el bar", maldigo a todos los malditos conspiradores que son mis jefes.. nunca unas vacaciones.

Pidió un trago de vainilla y licor... sin embargo nunca lo terminaba, siempre dejaba la mitad del vaso y se iba.

Pero esa noche... esa noche no se iba más... por parte me encantaba porque lo tenía para mi sola, yo lo miraba desde la barra, el.... tan solo se dedicó a mirar la silla que tenía enfrente, como si esperara a alguien.

En ese preciso momento se levanto, me agarro de imprevisto ya que pego un salto... clavó sus ojos azules en mi, en ese momento mi corazón dio un vuelco, estaba llorando y por alguna razón me sentía culpable, baje de mi silla, empecé a caminar lentamente sin sacarle la mirada de encima, el vaso no lo había tocado; sin darme cuenta estaba ya había llegado a su mesa y me estaba sentando en la silla.

-Te tardaste en llegar, vengo cada maldita noche a verte y nunca te dignaste a sentarte conmigo, tengo que terminar llorando para que seas testigo de lo que me haces.... cuéntame, ¿qué se siente sentirse culpable de algo que no tenías ideas que estabas haciendo?-

Sus ojos azules eran tan profundos que iba sintiendo como mi cuerpo era absorbido por ese mar tan intenso.. sus manos apretadas una contra otra ocultaban algo, primero me alarme pensaba que tenía un arma, pero luego me di cuenta que tan solo tenía una hoja de papel arrugada..

-No tengo idea de lo que estás diciendo, todas las noches vienes acá, pides la misma bebida, escuchas la misma música una y otra vez; cada noche me esperas afuera, pero sin embargo nunca te vas conmigo, desapareces como si quisieras verme salir segura del bar... ¿qué pasa contigo?-

Mis palabras sonaron tan duras que se quedo boquiabierto del asombro, eso me dio más seguridad para poder seguir diciéndole:

-Ahora estoy sintiéndome una inútil, no sabía porque estabas llorando, se me callo el corazón a pedazos cuando nuestras miradas se cruzaron, me acerqué a preguntarte que te pasa para intentar ayudarte y ¿así me lo agradeces?, cada noche vienes, cada noche no paro de mirarte, porque hay algo en vos que me llama, y me estoy volviendo loca, no sé quién eres, no sé qué quieres, pero quiero respuestas-

Me sentí tan bien luego de decirle todo eso, sin embargo su expresión había cambiado, ya sus lágrimas no estaban y a cambio de ellas se encontraba una sonrisa de punta a punta, luego se levanto de su silla, me tendió la mano y dijo:

-Ven, ya terminó tu turno, te acompañaré a donde desees, te he esperado demasiado tiempo-

No sabía a lo que se estaba refiriendo, pero no pude evitar que mi corazón palpitara cada vez más rápido por su voz, era tan profunda y suave, sus palabras me quemaban, despertaban en mi un fuego que no era consiente que existía dentro mio.

-¿A dónde vamos?- Pregunte.

-Te voy acompañar hasta la puerta, de hay en más cada uno seguirá su camino y nos volveremos a ver en otra noche como esta.- Dijo..

-Considero algo estúpida la propuesta, pero me gusta la intensidad de la respuesta-

Se quedó asombrado de mi acotación y sus ojos se tornaron de un brillo celeste. Su mano seguía pidiéndome la mía, se la concedí..

Había algo que me decía que lo siguiera, algo que no me dejaba pensar con claridad... ¿Por qué estaba agarrada de la mano con un desconocido? ¿Por qué me sentía tan imbécil con el? No podía enamorarme, no podía permitírmelo.. Y menos de alguien que apenas conocía.

-No se tu nombre-

-No me lo preguntaste ángel- Era inteligente...

-Chico listo..¿Cuál es tu nombre?- pregunté

-Tengo muchos nombres, demasiadas identidades, muchas vidas, demasiados apodos, pero para vos, mi nombre es Luck... Pero no me digas tu nombre, porque ya lo sé mi querida Maia, sé todo de vos..-

Ahora es dónde no comprendía nada, ¿cómo este tipo podría saber mi nombre? No tenía idea qué sabía y cómo lo sabía, pero estaba dispuesta a averiguarlo.

Caminábamos lento hasta la puerta del bar, agarrados de la mano, sintiéndonos uno, con las miradas entrelazadas, con los corazones activos, con la cabeza llena de preguntas, juntos... eramos uno.

-Bien... ¿por qué estabas llorando? ¿cómo es que conoces tanto de mi?- pregunté...

-Estaba llorando porque estoy loco por vos, no sé como decírtelo, cada noche te espero para que salgas y cuando lo haces me quiero acercar a decirte que te he esperado siempre, desde que comenzaste a trabajar acá hace 1 año, me vuelve loco tu sonrisa, tu risa con tus compañeros, la forma en que me atiendes, tu pelo rojizo, tus pecas escondidas por el maquillaje, tus labios... Me tenes loco, ya no sé como aguantármelo.-

Mis mejillas ardían, me sentía rara, después de eso, todo el mundo que yo conocía estaba quieto no se movía, todo el bar ya no existía, estábamos los dos parados, frente a frente, mirándonos, sin ninguna palabra, en silencio, gritándonos con las miradas... Aprovecho para acotar:

-Sin embargo, no quiero que nada cambié, quiero seguir esperándote, aun que sea toda la vida.-

Luego todo cambió, me acorralo contra la puerta, nuestras cara estaban a centímetros, me tenía acorralada entre sus brazos, no me había percatado de los músculos de sus brazos bien trabajados, tenía su respiración en tono con la mía, nuestros corazones latían al mismo tiempo, nuestros miradas se fundían.....

De repente nuestros labios se unieron, en un beso que empezó siendo muy dulce, saboreando cada milímetro de su boca, escuchando su respiración entre cortada, sintiendo su sonrisa por el beso... Pasado unos minutos, el beso se volvió apasionado, sentía su boca devorando la mía, sus manos apretadas contra mi espalda, recorriendo cada centímetro de ella..

Cuando nos separamos su mirada enamorada recorría cada linea de mi rostro, pude admirar como pestañeaba, miraba, sentía, olía... Me sentí por primera vez amada..

-Quédate...- Susurre, no perdía nada diciéndole lo que mi corazón gritaba.




Martinamanuello03 de mayo de 2014

6 Comentarios

  • Voltereta

    Seguro que se queda para siempre, cuando el amor se alcanza, hay que ser muy tonto para dejarlo escapar.

    Hermoso texto.

    Un saludo.

    04/05/14 12:05

  • Martinamanuello

    GRACIAS!!!

    04/05/14 04:05

  • Indigo

    Muy desenvuelta narrando. Enhorabuena.
    Saludos Martina.

    04/05/14 04:05

  • Vanished

    Concuerdo con indigo que tu narrativa es muy buena, tus palabras tienen el poder de transportar y expresar, muy atrapante, muy bello. Te felicito tambien por la nueva foto de perfil, es muy bonita. besos

    LoQUILLO.

    04/05/14 05:05

  • Martinamanuello

    Gracias Indigo!!

    04/05/14 08:05

  • Martinamanuello

    LoQUILLO!! cuanto te extrañé! Gracias por estar.

    04/05/14 08:05

Más de Martinamanuello

Chat