Cuando cae la noche, abro mis ojos y voy
en busca de aventura, la aventura de la
falsa pasión. Acecho tus sombras, sigo tus
movimientos y fantaseo con clavar mis
colmillos en tu piel.
Paseas por un callejón oscuro, sola, desprotegida,
y ante ti aparezco yo, solo, depredador.
Mi tierna mirada te crea confusión, mi
enorme encanto acelera tus latidos, y
mi hechizo de atracción hace que ardan
tus deseos.
Bajo las estrellas, en el mismo callejón
poseo tu cuerpo. Frenesí poderoso y sin
limites, llegando a la cima con el sorbo
de tu esencia.
Levanto la cabeza, miro al cielo y mis
ojos se pierden en el espacio.
Mi lengua aun chispeante por el sabor
de tu sangre, me hace enloquecer.
Abandono tu cuerpo, y fundiéndome en
las sombras voy en busca de otro amor.
Cuando sale la luna, los amantes de
la noche consuman su amor antes de
la salida del sol.
Buen retrato del amor vampiresco, que se sucede en el tiempo, pues simpre es insaciable.
Me ha gustado la forma en que has logrado meterte en la piel del vampiro y transmitir sus sensaciones.
Un abrazo grande, Mary!!!