Antes, ¿sabéis lo que costaba decir “te quiero”? Puf, una eternidad. Incluso había gente que no llegaba a decirlo nunca. ¿Ahora? Ahora le decimos te quiero hasta a las piedras. Y no, no tengo nada en contra de las piedras, pero sí que me molesta que esas dos palabras se hayan menospreciado tanto. Porque antes, significaban algo, un reflejo de un sentimiento, del amor. Ahora es como si habláramos del tiempo. Conocemos a una persona y, ¡puf! a los dos días ya le decimos te quiero; y a los dos siguientes ni recordamos el nombre. Pero bueno, sigamos, sigamos así… que llegará un día en que ninguna palabra que salga de nuestras bocas sonará sincera.
Lo importante es que uno mismo sepa distinguir cuando esta siendo sincero y cuando no. Y para evitar confusiones bueno habrá que buscar otra forma de decir te quiero sin decir "te quiero" como dicen todos.