Es difícil olvidar, pero fácil recordar momentos,
atrapados en pizcas de vaga melancolía,
rodeados en deslices de tristezas,
pesa cada lagrima que en mi recorría.
Rondando por las paredes anunciadas,
tiemblan los pasos que no llevan huellas,
pues quedaron marcadas en su pasado,
dolidos debajo de las sombras bellas.
Engañados por la vieja senda,
que sin aliento va muriendo,
un poco de polvo de suspiro,
hace sentir sucumbiendo.
Apariencias buscan mover los sentidos,
porque para muchos llorar es debilidad,
no es así, pues la soledad se cubre de piedad,
ante los besos de su fidelidad.
Gota a gota caen los recuerdos,
formando elipsis consecuencias vanas,
que rodean las afueras de la piel,
oscureciendo la luz de sus ventanas.
Como comienzan sus desahogos,
humedeciendo los contornos de soledad,
algún día terminara su sentencia,
para florecer la nueva felicidad.
Me queda decirle a la lluvia,
que todas sus gotas no son iguales,
que al final llegan solo a besos,
que inundan mis olvidos como tales.