TusTextos

Los Pescadores de Marte.

Restregando mis cortinas por tus paredes observo el sol despegar de aquella isla maldita.
Los fuegos artificiales envueltos en una nebulosa polvorienta creian hablar de amor. Vertian sus cenizas sobre un amante cojo.
Y son cientos las historias que cuentan sobre los pesqueros de Marte.
Desde el puente de los soñadores.





Como el de la doncella marchita.


Esa doncella vetusta se revela contra la sed, harta de despegar su lengua para poder llorar, imagina peces despiertos que entonan nanas de amor noche a noche, que tiran de sus cabellos contra el navio, que absorven su aliento vaporoso y desgarrado. El de aquella joven, la virgen maldita.

¿De donde sacar las fuerzas para nadar, en este universo perdido, en este absurdo cosechado entre los astros de ayer?

La doncella se corta el pelo y se mece en una sintónica llamada a ese dios perdido. Imagina para no caer en la locura. Imagina que es cierto, que las historias que esos peces le tararearon son ciertas. Los pescadores vendran a rescatarla, y ella se marchara con sus contadores de historias al frio azul, donde los roces no existen, donde no es necesario gemir para amar. Donde abusaran de su cuerpo deshecho y podra olvidar los sinsabores del arido infierno que la ata al puente de los sueños.

Pero yo continuo aquí, observando los fuegos muriendo muy lejos. Desechando los peces muertos que el anciano pesco ayer, enredando mis dedos entre las telas que su anciana esposa cosio en su tumba con los cabellos de la doncella de Marte.

Era verdad, aquellos peces que le arrancaban los cabellos en sus noches de historias, que se alimentaban de ellos, eran pescados por ese anciano charlatan, entregados a su mujer en una lenta agonia expirada, mientras ella los cosia ansiosa, preparaba su viaje al frio lejano, deseaba encontrarse con la virgen maldita.
Mi3huella18 de mayo de 2012

Más de Mi3huella

Chat