Jamás fuí la musicalizadora
ni la arquitecta de mi destino,
triste destino,
ni cuando nací, día gris,
ni cuando construyeron mi tumba,
de concreto cemento,
jamás fuí arquitecta de mi destino
ni siquiera pude serlo,
no pude diseñar ni el armazón
de mi esqueleto, quebradizo...
áspero...frío...
no pude crear planos de mis formas,
raras formas,
ni hacer que mi cerebro sea perfecto,
no fabriqué la textura de mi piel,
desteñida piel,
ni siquiera pude hacerlo,
de que arquitectura me hablan?
si en el día de mi muerte
hasta la lápida me escribieron...