Marla se llama la mujer de mi vida, la mujer por la que me desvelo cada noche, por la que escribo, quizás hasta sea por ella por quien pienso así. Ella es cínica y calculadora, aunque a la vez cariñosa y detallista. Marla es el despertar de un dulce sueño y el último trago de una botella de bourbon. Marla es equilibrio y desestabilidad, ella es un subidón de testosterona antes de eyacular, es el querer y no poder. Es mi alma gemela, es como escuchar la canción de mi vida sin poder oír el final. Lo triste de Marla es que Marla soy yo, yo y una lista interminable de fallos, errores, y tropiezos gracias a los cuales aprendí a ser como soy, por eso Marla me acompaña día y noche, y cuando la tengo no la quiero, pero cuando no la tengo, la busco sin encontrarla.

NicotinaSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos