TusTextos

Minicuento de Las 3 y 15!!

¡¡¡Pim…pum…plash!!! (Se oyó al fondo)

Los pocos colores fluorescentes que iluminaban el techo, ya a estas horas se encontraban adormecidos por el frío sereno que entraba por las rendijas de las enormes vidrieras que se apoyaban hacia los lados, y presentaban un retrato hablado de en lo que aquellas paredes sucedía a altas horas de la noche.

- ¿Has escuchado eso? (dijo una voz de mujer)

- No, ¿qué fue? (preguntó asombrado una voz de hombre)

- No lo sé, sonó como si se hubiese caído un objeto de vidrio

- Quizás fue tu imaginación

- Muy pocas veces mi imaginación me hace ese tipo de juegos…

- Entonces quizás ésta fue una de esas veces

- Estoy segura que escuché a algo que se ha caído.

- Yo te creo, yo también lo escuché (salió diciendo otra de voz de hombre mucho más grave)

- ¿Tu mente también jugó contigo? (respondió el otro, sarcásticamente)

- Creo que es una broma de mal gusto que te dirijas a él de esa forma

- Es un viejo maniquí que no sabe ni de lo que habla, así que puedo hablarle de la manera que se me dé la gana.



En cierta parte tenía razón, la voz grave no provenía de la nada, ni tampoco de la mente de este pobre escritor; provenía de la mitad de un cuerpo de plástico que se encontraba dentro de una caja de cartón con muchos pedazos de anime cubriéndolo. Era un maniquí, un corroído y viejo maniquí.


- Seré viejo, pero todavía escucho, siento, palpo, huelo, y en este caso he oído perfectamente como se ha roto algo.

- O quizás lo rompieron (dijo la voz temblorosa de la mujer)

- O quizás ambos sean par de maniquíes paranoicos, que buscan deliberadamente ser llevados a la sección oscura… ¿o al sótano debería decir?

- No seas tonto…yo soy nueva…acabo de llegar.

- Él dijo lo mismo hace dos meses, y ahora míralo, está esperando dentro de esa caja el momento crucial de su muerte.

Hubo un silencio incómodo entre los tres.


- O quizás lo más cercano a la muerte sea…, quizás estoy esperando al olvido eterno (contestó suavemente aquel maniquí viejo).



La atmósfera poco iluminada, de la sección principal de aquella tienda por departamentos, escribía en cada uno de los segundos que pasaban, aquella escena burlesca y quizás poco tradicional, que no se espera conseguir a menos que sea dentro de nuestros más descabellados sueños. Tres maniquíes hablando.

- Yo fuese tú, y no hablara muy en alto (se escuchó de fondo, la voz arrastrada de aquella mujer).

- Creo que no es de tu incumbencia el que debe o no hablar, total te has conformado con ser la mujerzuela del pasillo 3 (dijo en tono descarado aquel maniquí), así que aquí tu voz, en el pasillo principal, no vale nada.

Precisamente así fue declarada oficialmente aquella maniquí al llegar nueva a la tienda. Inmediatamente al salir de aquella fábrica de plástico hace dos años, había soñado con convertirse en una de esas estatuas de altas costuras que esperan, dentro de las tiendas iluminadas de aquellos apacibles almacenes egocéntricos de ropa de altísima calidad, una mirada de reojo que les eleve la autoestima; que las haga sentirse humanas, que las haga sentirse vivas.

Desafortunadamente el destino no la vio con esos ojos; un cambio en el pedido de un nuevo almacén que vende “corotos” a muy bajo costo, hizo doblar la mano del chófer hacia la izquierda.

Llegó, la tomaron como si fuese un objeto vacío, le colocaron una peluca roja de muy poca pinta, una panti blanca y negra (con diseños parecidos a la de una cebra), y un brasier barato del mismo estilo. La colocaron como la exhibición del pasillo 3.

- El pasillo de la ropa interior a mitad de precio (se dijo para sí misma la maniquí que habló al comienzo de la historia).


El silencio fue amargo, hasta que la maniquí del pasillo 3, rompió con él.

- Quizás yo en algún tiempo si tuve dignidad, tuve aprecios, fui el juguete de aquellos hombres empedernidos que se cansaban del cuerpo mallugado de su mujer, y veían el mío, como aquel escape a la realidad. Soñaban con tener a una como yo al lado de ellos. En cambio tú, sólo quedaste como una estampilla bonita, que no pasa a ser más que un pedazo de plástico castrado (dijo filosamente).

En el pasillo, comenzaron a surgir esbozos silenciosos de conversaciones enclaustradas, miradas y palabras de deshonra y quizás también un apoyo silencioso.

El maniquí se vio a sí mismo, y al observar su entrepierna, detalló que no tenía pene. No era hombre, no era mujer, no tenía sexo. Podrá imaginarse la deshonra masculina y la vergüenza ajena de los demás maniquíes que observaban aquel espectáculo de media noche. Un perfecto espectáculo que saca los trapitos al sol.

- ¡¡No me importa si ustedes pelean por quien es más vendible que el otro, sólo dejen de hablar pistoladas frente a mis dos hijos!! (gritó un maniquí furioso desde atrás).

Al lado de él estaba una maniquí tapándoles los oídos a dos maniquíes más pequeños, que llevaban puesto trajes de la primera comunión.

Obviamente es de esperarse que hubiese tal recuadro “de la sociedad americana perfecta” en la sección familiar, en donde a las mujeres se les veía como un relleno en las fotografías hogareñas, y los padres eran los que abrazaban y disfrutaban con sus hijos bajo un sol de verano retocado a computadora.




Ya eran las 3 y 15 de la madrugada, y bajo el techo de aquel establecimiento, una sociedad oculta se revelaba poco a poco al pasar de las horas.

Los gritos y la búsqueda de la razón se pasaban de un lado a otro como pelotas de ping pong.

- ¡¡Que viva el neoliberalismo!! (gritó un maniquí rubio, desde el pasillo 4)

- Ni tú ni él tienen la razón

- Todo es culpa del dueño de la tienda, al colocarme al lado de una piltrafa como tú

- Ni siquiera se te ocurra tocarme esta noche

- Soy un hombre sin pene (se dijo una maniquí para sí mismo)

- ¡¡Estoy segura que escuché un sonido de algo quebrándose!! (gritó más alto, entre el tumulto).

- Niños, será mejor que no escuchen esto (decía un maniquí envuelto en bochorno)

Unos hacían caso omiso de la riña, otros se fastidiaban y preferían irse volando con las melodías de ascensor que se desprendían de los altavoces, unos gritaban a más no poder las razones del por qué ellos merecían ser escuchados, otros lloraban porque el ruido no los dejaba dormir.

Para nada…porque todos al final quedaron sin ser escuchados, en medio de una pena personal al ser ofendidos unos con otros.

Y así transcurrieron las horas de la madrugada; la culpa y la búsqueda de una máscara victimaria se pasaron una por una sobre los rostros plásticos de aquellos muñecos.





A las 10 y media de la mañana, al resplandecer el sol y al colarse los rayos de luz sobre las ventanas, la luminosidad se fue escurriendo por los pasillos de la tienda por departamentos; los maniquíes estáticos mostraban una sonrisa placentera en su rostro. Ya era hora de trabajar, de eso no había la menor duda.

- Llegó la nueva orden jefe (dijo un hombre de mediana edad, y de baja estatura)

- Tráelos para la entrada, yo ahorita los acomodo

- ¿y qué hará con los antiguos maniquíes?

El jefe se quedó en silencio

- Botarlos… (dijo) ¿qué más se puede hacer con unos muñecos de plásticos?


Serían reemplazados por los nuevos “maniquíes 3000, más plásticos, más bonitos, más glamour” (así decía el comercial).



Mientras que en el piso de arriba, una mujer de servicio limpiaba un vaso de vidrio roto,

- Como que se quebró al caer al piso (se dijo)

Pareciese que al final, si se había roto algo…

Nigth1404 de noviembre de 2009

3 Comentarios

  • Amapola

    ¡¡¡Buenísimo!!! Jajaja

    No sé cual es la razón que justifica los paréntesis. Si están acompañando los diálogos, la forma correcta de hacerlo es así:

    - ¿Has escuchado eso? -,dijo una voz de mujer.

    - El pasillo de la ropa interior a mitad de precio-, se dijo para sí misma la maniquí que habló al comienzo de la historia.

    - Botarlos…-, dijo -¿qué más se puede hacer con unos muñecos de plásticos?

    Aquí tienes un resúmen de todos los usos:

    http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/tecni/guiones.htm

    27/11/09 12:11

  • Amapola

    Disculpa. Aquí no va coma antes de dijo. Es así:

    - Botarlos…-, dijo -¿qué más se puede hacer con unos muñecos de plásticos? (incorrecto)

    Es así:

    - Botarlos…- dijo -¿qué más se puede hacer con unos muñecos de plásticos? (correcto)

    27/11/09 12:11

  • Nigth14

    gracias amapola, lo tendré en cuenta.

    saludos ygracias por pasarte por acá

    28/11/09 12:11

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