En la esquina de tu cama hay una caja con deseos pendientes que quizás algún día vayan a cumplirse.
En la esquina de tu cama hay noches deshechas a patadas, entre pesadilla y pesadilla. Hay un charco de agua salda que se ha ido secando, aunque no te hayas dado ni cuenta. Hay 500 preguntas que no fueron respondidas y 500 batallas que no tuvieron ganador. Pero sí dejaron sus destrozos, y aún los cajones que se han quedado vacíos lo notan. Notan que falta ropa. Notan que ya nadie los abre.
En el espejo ya no se reflejan tus ojos cansados. Ahora parecen alegres. Sí, ahora lo son. Esta mañana vieron discutir a dos ancianos sobre si sería mejor Messi o Ronaldo, y acabaron abrazándose al no llegar a un acuerdo. La noche pasado vieron cómo en los bares se ha puesto de moda el amor otra vez. Y ahora tus ojos, que se miran a sí mismos en el espejo, parece que se sienten renovados, y sí, parece que está saliendo el sol otra vez.
En la librería del salón ya no hay libros de Bukowski y han vuelto a ceder asiento a las novelas que empalagan aunque a ti te parezcan otro pasatiempo romántico más.
Quizá tú no lo veas, pero alguien se acerca cada noche a arroparte. Se llama Paz, y está en la esquina de tu cama.
Genial como siempre, Olivia. Me encanta como utilizas las metáforas.
Un beso!