Muchos se acercan a verme
tal vez a decirme el último adiós
con tristeza en sus ojos
y el llanto en la garganta,
otros simplemente llegan
para ver como he quedado.
Mi cuerpo frío y rígido
metido como en una capsula
un vidrio protege mi rostro
y una cama que durara mi eternidad,
todos me llenan de flores
dicen tantas cosas buenas de mi
que ni yo misma me las creo
nunca lo hicieron cuando estaba viva
¿entonces por que hacerlo
cuando ya estoy muerta?.
No abraces mi ataúd
cuando nunca abrazaste mi cuerpo
no digas que me quieres
cuando nunca me prestaste atención
no hay motivo para demostrar tus sentimientos
cuando ya no puedo levantarme;
viviré en el recuerdo de muchos
tanto amigos como familiares
en aquellos amores que fueron míos
mujeres y hombres hermosos que me dieron alegría
momento gratos y divertidos.
Ahora tengo que irme
me llevaran a otro lugar
mi cuerpo se ira a la tumba
pero mi alma se quedara con aquí.
Bailar sobre el ataúd de mi cuerpo,
con ataviada alegría y ritmo de bulería, de seguidilla, súbase también la música de Paco de Lucía, entre dos aguas.
Entre los ultimos instantes aquí y el prometo de no sé dónde, bailar, zapatear con virulencia la tapa con ese tacón de flamenco que me comunique con lo desconocido.
Bailar sobre mi féretro, encima de él, que arte se convierta en belleza y los acides sean mi presentación si hay más allá.
Danzad sobre él con la pureza del flamenco, la bandera de ningún sitio y la belleza de todas partes.
Bailar sobre mi ataúd, hincar vuestros tacones, últimos vestigios de mi paso por aquí y la letra que me llevará donde siempre quise ir, a mi muerte verdadera.
