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Duguin es El Ideólogo de la Guerra de Ucrania. Vladimir Putin No Tiene Cerebro para Tener una Filosofía de Rusia

En algún sitio, quizá en ese garito plebeyo y ruidoso de Twitter, le tengo leído yo a Javier Gomá que la filosofía solo es una simple rama más de la literatura. Y de la teoría política quizá se podría concluir lo mismo. De ahí que creadores de cosmovisiones definitivamente rechazables, por ejemplo Joseph de Maistre, el más brillante con diferencia de los contra ilustrados, nos resulten mucho más atractivos, y siempre por su sugerente embrujo estético, que tantos grandes hombres aburridos a los que debemos las ideas sensatas para la gobernanza del mundo. Todo por culpa de ese don sagrado y misterioso de la palabra.
He citado a De Maistre, escritor extraordinario en constante coqueteo con la locura, porque Dugin siempre me hace pensar en él. Ese Dugin, también un loco fronterizo, es uno de los dos pensadores de extrema derecha más brillantes que existen ahora mismo en el mundo (el otro es su antiguo amigo Alain de Benoist). Aquí creemos que las batallas culturales van de tonterías relacionadas por norma con la entrepierna, pero las batallas culturales de verdad son esas en las que andan metidos los tipos como Dugin, alguien empeñado en convencer a los eslavos -y al resto de la humanidad- de que Moscú aloja la eterna sede metafísica de la tercera Roma tras la caída de Bizancio a manos del turco.

Tesis que podría catalogarse dentro del capítulo de las extravagancias marginales si no fuera porque un texto canónico de ese mismo autor se utiliza, y desde hace muchos años, como manual de estudio obligatorio en la Escuela de Altos Mandos del Ejército de Rusia. Mezclar a Heidegger, una aristocrática inteligencia nazi, con Limónov, aquel patriarca del underground soviético que acabó trabajando de chapero en los callejones más sórdidos de Nueva York y junto al que fundó el Partido Nacional-Bolchevique, es otra de sus estrábicas tarjetas de presentación en sociedad. Porque Dugin es demasiado complejo, heterodoxo e inclasificable como para ocupar el empleo de intelectual orgánico de cabecera de alguien tan básico y esquemático como Putin. Un error de percepción, el de tantos en relación a su persona, que ha acabado pagando con su propia sangre. Como recomendaba Mussolini a los suyos, vive peligrosamente.
Fundamentos de geopolítica (1997) y Cuarta teoría política (2009) son dos libros escritos por Duguin imprescindibles para entender la guerra de Ucrania y directorio de Putin.
Persefoneurana03 de septiembre de 2022

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