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Un Corazón de Piedra Pintado de Gris

"Mi prima era un poco miope pero yo no lo soy, así que no te voy a preguntar porque tienes los ojos tan grandes ni nada de eso. Lo que si deberías preguntarte y preguntarme es sobre... que voy a hacer con esta hacha..." Así comenzaba el dialogo de una larga historia que voy a intentar resumir para no aburrirlos...

Después de los eventos ya conocidos, la comunidad de lobos aún estaba dolida y con mucha sed de venganza, era la primera vez que uno de los suyos caía de manera tan inocente y ridícula generando la burla de otras comunidades. Para limpiar su buen nombre decidieron enviar al hermano de Feroz, a lobo "Corazón de piedra", con la misión de exterminar a los responsables de su vergüenza. Del otro lado, los Caperucitenses de colores luego de poner bajo tratamiento psiquiátrico a Roja decidieron tomar precauciones llenando de alarmas, trampas y botones de pánico adheridos a algunos árboles del bosque. Abuelita a pesar de los pedidos y ruegos no quiso saber nada con abandonar su casa, por lo que tuvieron que ingeniárselas para enviar a Caperucita Gris (la más terca y brava de todas, además de ser la única que se ofreció en ir) con alimentos por caminos monitoreados, además de la escolta armada (una orden incuestionable de su padre) aunque ella insistiera que podía cuidarse sola, y no era para menos, se había graduado en cuanta academia de lucha, supervivencia y defensa personal existiera.
Una mañana de mariposas blancas, lobo Corazón de piedra se encontraba jugando como siempre en las fronteras que dividía al bosque de las altas montañas. Vale aclarar que de corazón de piedra no tenía nada, fue su padre quien lo bautizó de esa manera para tratar de tapar los aires de poeta y romanticón que habitaban en sus colmillos agrietados. Lejos estaba de querer vengar a su hermano, lejos estaba de la guerra y lo sangriento, pero igual cumplía con sus horas de guardia para luego llevar informes ficticios de lo que acontecía en el lugar. Sospechado de su pereza, en la siesta sin mariposas llegaron "los mellizos Garras largas" para acompañarlo en sus rondas. No se pudo negar. Atravesaron el bosque cuál si fuera un campo minado, y Corazón de piedra procuraba disimular que era la primera vez que lo hacía. De no ser por Garra II que tenía olfato para las trampas su suerte habría sido otra a poco de empezar. Llegaron al camino real y esperaron por la muchacha que hubiera tomado la posta de llevar los víveres. Un par de horas después cuando regresaron las mariposas, Gris y sus guardaespaldas pasaban cantando los himnos de la tragedia pasada. Los mellizos tomaron posición de ataque contra los guardias, no sin antes guiar a Piedra hasta el árbol más gordo desde donde podría dar un salto sin problemas y quedar solo con la dama. El plan fue perfecto, y las batallas por separado ya olían a sangre y sudor derramándose en la tierra.

Ahora regresemos a la frase del principio. Gris se lo dijo mirando a los ojos de quién no podía dejar de verla. Pero no era la respuesta ni la expresión que esperaba, pues estaba como pasmado, sin gesto alguno en su rostro ni movimientos en su mandíbula, solo un brillo intenso se pintaba en sus pupilas y hasta parecía inofensivo con sus garras retraídas y hombros caídos. Ella aprovechó ese estado, dejó el hacha a un costado y empezó a propinarle diversas llaves combinadas de combate que lo revoloteaban por los aires con duras caídas que podían haberlo noqueado, pero sin queja ni grito permaneció inmutable, como si no sintiera los golpes o no supiera que estaba ocurriendo.
"¡Defiéndete, ataca, no seas cobarde!" le recriminó mientras se alejaba unos pasos. "¿Qué te pasa?, ¿No se supone que eres un lobo malvado que intenta devorarme?, ¡Hazlo, intentalo!". Piedra se incorporó como pudo, le sonrió y tapando con una pata la herida cerca del corazón, le dijo: "Eres lo más hermoso que vi en mi vida...". Gris quedó desconcertada, pensó que era una estrategia para confundirla y luego comérsela, así que inmediatamente tomó su hacha para dar la estocada final al lobo tambaleante, cuando el pedido desesperado de auxilio de uno de sus guardias la hizo claudicar y marcharse deslumbrada por lo que acababa de vivir. Unos minutos después, Garra II llevaba sobre sus hombros a Garra I mientras le gritaba a Piedra que escapara lejos de las alarmas que habían empezado a sonar.

No pudo dejar de pensar en ella, moribundo entre las rocas empezó a tejer poemas y cartas a una musa que escapaba a sus dolores y heridas mortales. Unas semanas después, cuando se sintió curado, pidió a su padre regresar al bosque y continuar con la misión. La convicción y la decisión con la que lo dijo hicieron que su padre se sorprendiera y le diera el visto bueno, además de sentirse orgulloso por la esperanza que le infundía a una comunidad que empezaba a perder confianza en su ferocidad ante los humanos.
Su plan no podía estar más a contramano de lo que todos estaban esperando. Investigó cada detalle impuesto por los Caperucitenses en el bosque hasta conocerlo como propio, con sus trampas y alarmas, con sus horarios y rutinas, con su naturaleza y sus interrupciones culturales para luego adentrarse cual si fuera un fantasma e ir pintando con poesía un mundo de notas que fue pegando estrategícamente en árboles donde solo ella pudiera leerlos. La observaba y la contemplaba desde rincones que había camuflado para escapar de la vista de los guardias. Soportó insomnios, meses de hambre, noches de luna llena sin aullar esperando la sonrisa que cada día alimentara su alma.
Ella quedó impresionada desde el primer momento en que lo vio y por supuesto que no dejó de pensar en la imagen de un lobo que escapaba a las descripciones del leñador. ¿Y porqué dijo lo que dijo?, ¿Con qué necesidad?, ¿Qué buscaba, que sentía?. No sabía como ni cuando sería su próximo encuentro (si es que sobrevivía a la violencia de sus golpes, claro). Tamaña sorpresa fue para ella encontrar las notas en su camino, poemas y cartas que fue recogiendo y guardando, procurando no ser descubierta por quienes la acompañaban. Notas que la arrastraron a su lado más tierno. Notas que mimaban un corazón que hacia mucho no latía como el de las princesas de los cuentos que su abuela solía leer y ella tanto detestaba.
En fin, la historia podría llenar varios capítulos de una novela cursi, pero imaginen lo siguiente: Dos almas que se fueron uniendo en encuentros clandestinos y besos prohibidos, conociéndose entre temores compartidos y sentimientos ambiguos que se fueron desdibujando con el pasar del tiempo hasta quedarse en aquellos puros que dan combustible al ser, luchando por un amor que para el resto parecía imposible, alocado y distinto. Escapando juntos a un mundo donde nadie pudiera separarlos, olvidando y dejando atrás las rivalidades que arrastraban las historias de sus familias, para escribir la propia con tintes de pasión. ¿Esta historia les resulta conocida?, ¿Muy conocida?, que bueno.

Quizás en el latido de toda historia hay un eco que las va hilvanando por igual, volviéndose hermosas, benditas y soñadas, y que cuando ese viejito llamado destino decide verlas volar, no se preocupa por si son políticamente correctas.


ram
Ram08402 de junio de 2014

4 Comentarios

  • Nukh

    Preciosa, divertida, atrayente. Desde esa primera frase que te lanza, desconcertado, en medio de la lucha y te obliga a seguir leyendo, hasta el desenlace que se imagina más que se lee. Me gusta ese modo de hacer al lector partícipe de la historia :)
    Gracias por compartirlo.

    02/06/14 12:06

  • Ram084

    Gracias por tus palabras y muchas gracias por leer, saludos!

    02/06/14 04:06

  • Loquillo

    JAJJAJJA XD me encanto un abrazo!!!

    03/06/14 02:06

  • Ram084

    Saludos!!!, gracias por leer!

    24/06/14 07:06

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