LA ABEJA

La abeja rodeaba a las flores en un zig zag, que con el viento

que empezó a soplar, hizo que se desplazara por el campo yendo

a parar a la base de un arbusto, chocando con el, sorprendida y aturdida

por el golpe, sacudió la cabeza unas cuantas veces, luego cogió fuerzas,

y quizo volar, pero no podía del golpe que se dió.

Empezó a andar, despacito, suavemente, por su trastorno, fue a un charquito y bebió

agua, agggg!!!, se decía, a mi me gusta la dulce fruta de las flores.

Y por más que quería volar, no podía, con lo que tenía que seguir andando, y con mucho

cuidado de que no le pisasen.

Angustiada por la distancia tan grande que le separaba de su colmena,

decidió quedarse allí y no seguir , pues no podria llegar.

Alli debajo de unas plantas, puso su casita, iba cojiendo agua de

la cual se hizo adicta, ya no pensaba en la miel, se resignó,

pero ella se sentía sola, andaba sola, hablaba sola,

y echaba de menos a su reina, a las abejas amigas de ella,

pero tenía que conformarse con lo que tenía, empezó a escribir

sus memorias en una hojita , y se llevaba casi todo el día escribiendo,

rozaba el cielo con sus escritos.

Tenía una librería, hecha de palitos, una camita con hojitas frescas,

se hizo amiga de un cien piés, que habitaba por allí, con el que hablaban de sus cosas.

Llegó el día que vino un pájaro que con insistencia se los quería comer

entonces sacó el aguijón y de un pinchazo lo mató.

Esto fué lo último que hizo en su vida dar lo más preciado,

por una amistad, pues como se sabe, las abejas al clavar el aguijón, mueren,

y ella murío riendo, y satisfecha por haber salvado a su amigo,

su unico amigo, el cien pies.

FIN

ReginaSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos