Una especie de incredulidad le dejaba perpleja,
ausentes imágenes pasaban derramando a su paso
los recuerdos que nunca antes tuvo, se apasionó en ese
pensamiento, que desdibujado pero gozoso, le sepultaba
en una especie de nicho.
Escuchaba zumbar a las abejas, y esa sensación le aletargaba,
tanto, que se dejo ir, con la helada y con los disparates propios,
deliciosos escritos se iban repitiendo en su mente.
Algunos esquivos perfiles de amor, se ivan desvaneciendo ya,
dando lugar al olvido, tanto y tanto olvidó, que una puesta de sol
era lo más fructífero para si.
Y así, dia a dia su vida y su alma se iban desdibujando de su mente,
de su vida y ,,, del mundo.
Y así miles y miles de almas que en sus olvidadas mentes no sabían
donde estaban, ni donde ir.
Regina amiga, siempre tan encantadora tu prosa, aunque de nostalgias y olvidos se trate.
Tu prosa siempre descansa sobre ese horizonte que no importa memorizar...pues siempre podemos ver alguno mas bello cada día.
Hermoso texto amiga.
Un saludo siempre.