Enfrente de mí, el plano en el que me entretenía recorriendo
un rastro imaginario desde el cual iba adivinando un rutinario recorrido,
tan pronto como creía adivinarlo, marchaba en sincronía, con mi reloj.
Y allí me tenías, yendo de un sitio para otro hasta que caí en la cuenta
que iba dando vueltas alrededor del mismo sitio, con sumo acierto
el aire libre liberaba las endorfinas que recorrían mi cuerpo, con tal fuego
que dejé que la tarde se deslizara hasta el fin antes volver a casa.
El eco de mis pasos resonaban con el piqueteo de los talones en el suelo, a esas horas no había nadie en las calles, solo los coches, que con el chasquear de la lluvia hacían su melodía especial.
Decidida a relajar la mente del mundo, me había metido en los comercios que aún quedaban abiertos, una cafeteria era buen sitio para alejarse de la lluvia y entrar en calor.
Pagué y con paso decidido, busqué una salida, más cuando me dí cuenta
no salía del mismo sitio, otra vez estaba dando vueltas metida en una especie de laberinto donde no podía salir, la angustia mortifico mi ser, llegó hasta tal punto que tuve que gritar, a lo cual con una sacudida,,,me desperté.

ReginaSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos