Mi cara, descendió, lentamente
ante el destello de tu mirada.
Y fui envuelto de pudor, rápidamente,
cuando frente a mí, estabas parada.
Mi cuerpo, perdió el dominio,
impactado de tu gallardía.
Tenia solo un corazón genuino
y una alma, que al verte, ardía.
Mi ser, buscaba un oasis de paz,
pero la crueldad de tu belleza,
hacia que mi voz sea incapaz,
de demostrarte mi pureza.
Mi tiempo, fue demasiado limitado,
para confesarte mi amor.
Culpando a fantasmas del pasado
o simplemente a mi temor.
