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Segundos Eternos

Hay segundos que se hacen eternos, como aquel con el que conocí el suspense y que me ha marcado hasta hoy. Aún tiemblo cuando vivo algo que me recuerde a ese momento de “López Saldaña, José Joaquín”.

Me refiero a la época de estudiante de colegio e Instituto. Creo que a los profesores los preparan en alguna cueva perdida, como la que seguro que se esconde Bin Laden, que el resto de mortales ignoramos. Supongo que accederán desde el salón de reuniones, porque si pone que solo pueden pasar ellos será por algo, además se les puede ver entrar pero rara vez salir, y si lo hacen es con prisa.Bajo la mesa largísima que está en el centro, tiene que haber una trampilla y en el lugar más lejano de la puerta, un paragüero con antonchas para los pasadizos secretos. Esta asignatura de magisterio se llama “Psicología del alumnado” y el maestro de maestros, alguien con mucha güasa.

Yo fui un mal estudiante, tanto, tanto, que estaban pensando en ponerme una estatua en el patio, y su razón tenía, pues no era gamberro, simplemente que eso de estudiar lo mismo que los demás no me atraía mucho. Lo que hacía era sentarme en la última fila, charlar con mi compañero sobre fútbol y compañeras o escribir mis paranoyas literarias. No hacía ruido y por eso lo mejor era una estatua, aunque en la placa no sé qué pondrían. Quizá: El alumno que menos molestaba y más repetía que ha pasado por el Insituto Fernando de Herrera. Volviendo al principio, el verdadero sentido del suspense lo conocí en 7º de E.G. B. en el colegio Claret.

Cuando empezaba el curso nos sentaban por orden de lista, y yo más o menos estaba en el medio (número 18-21 de 42 alumnos). Mi compañero de pupitre, Juan Manuel López Sanchez, era un empollón de verdad, de esos que siempre saben lo que les pregunte la profesora y además buena gente. Por ejemplo, clase de Ciencias Sociales, la señorita Begoña (muy bajita, con gafas, acento del norte, morena, voz dictatorial) con su mesa pegada a la ventana y en el lado opuesto a la puerta, con la foto del Rey, San Antonio María Claret y un crucifijado, como adornos de las paredes, y lista de alumnos sobre sus pequeñas manos. ¿quién se ha estudiado la lección? Todos levantamos la mano, evidentemente. Habría que ser tonto para no hacerlo. Normalmente, en decir dos apellidos no se tardaba más de tres segundos, pero ella lo hacía muy largo. Ló (aquí ya la mayoría de los niños respiraban y sonreían) pez (uf, de esta no me libro- pensaba yo), Sal (entre Sánchez y Saldaña había poca diferencia, pero ya mi corazón se aceleraba y no por amor precisamente), daña (rojo como un tomate y esperando una bronca) a la pizarra, es decir, tocaba hacer el ridículo delante de mis compañeros. Primero miraba a todos, por si había otro con mi nombre, luego a la ventana, por si era el fin del mundo, después al crucifijo por si se caía y me libraba, pero ni dios lo consiguió.

A ver, ¿has estudiado la lección, José Joaquín?
Sí, señorita.
(cualquiera se daba por vencido antes de tiempo)
Hábleme del Neolítico.
Pues, el Neolítico pertenece a la Prehistoria, se divide en bajo, medio y alto
No has estudiado nada, ¿por qué me haces perder el tiempo?
(aquí aprendí que el silencio es la mejor respuesta)
Es que esa parte me la salté.
Anda, siéntate, y estudia.

En este momento, me tocaba respirar, ya me podía ir a mi sitio, con la cabeza baja, para ver la que le caía a otro. Desde aquel año, el tiempo no es lo mismo, y cuando estoy en algún lugar en el que doy mi nombre, ya sea para la camilla de la rehabilitación o para estar en alguna sala de espera, digo José Joaquín. Como el cuerpo tiene memoria, antes de que acaben de decir mi nombre, ya estoy con el corazón a cien y levantado.
Silenciodeluna02 de marzo de 2010

14 Comentarios

  • Elnovelistadeoro

    Excelente, tiempo de recordar la infancia.

    Estoy contigo me ha gustado, saludo.

    02/03/10 12:03

  • Silenciodeluna

    Gracias. Supongo que a los empollones se les hace ese momento eterno pero por lo contrario. Ven acercarse su momento de gloria.

    saludos

    02/03/10 12:03

  • Pringas

    Pepe me has hecho recordar mi época de estudiante, cuando era un tímido total, no como ahora que me he convertido en un cara dura, quizás por las duras piedras que he debido sortear. Tampoco me gustaba estudiar, pienso que ahora me gusta más, pero tampoco soy fanático. Mis días de estudiante de secundario quedaron atrás, aunque a veces me invade el perfume de los lápices y de pasillos barrido con aserrín y kerosene. Y el Mundo da una vuelta acariciando mi melancolía.
    A veces quisiera sentir nuevamente esos segundos eternos.
    Un abrazo y un regalo, hermano.
    Gastón

    02/03/10 06:03

  • Silenciodeluna

    hermano, aquí hay lluvia y tu canción de la melancolía como que le viene al pelo. Cuando llegué a la universidad y ya se aprendía algo distinto que los demás, ya me puse a estudiar y sacar buenas notas.


    jejejeje esos lápices mordidos y el capuchón descapullado... los juegos del cole jejejje

    Un abrazo

    02/03/10 07:03

  • Pringas

    jajajjaja, siempre llevaremos la niñez encima.

    02/03/10 07:03

  • Silenciodeluna

    ... y que no se vaya!!

    02/03/10 07:03

  • Alumine74

    Me gusta el dejo de nostalgia de tu escrito Pepe
    Un abrazo

    02/03/10 09:03

  • Silenciodeluna

    Siempre conectados, Alu, por esta magia que nos hace renacer.

    Nos leemos
    Besos

    03/03/10 10:03

  • Vocesdelibertad

    Silenciodeluna:
    Es importante compartir de esta manera, tu lo haces muy bien. También a mi me traes a la cabeza mi niñez y juventud (ambas fieles compañeras jiji), recién me reuní con mi promoción de uuuuuuuuuuuu todas estamos muy lindas y luchando por ser felices.

    Yo tengo un buen recuerdo de mi padre, cuando nos preguntaba la lección debíamos saberla en la punta de la lengua y, entonces, cuando mi maestra me preguntaba la repetía como perica... recuerdo una en especial que decía los embriones de las plantas pueden ser monicotiledóneas y bicotiledóneas y entonces mi maestra me preguntó y que significa eso que unas tienen un cotiledón y otras dos cotiledones, todos rompieron a reirse y la maestra me mandó a sentar sin siquiera tomarse la molestia de escuchar todo mi recital jajaja

    Gracias por hacernos recordar,

    03/03/10 05:03

  • Silenciodeluna

    Yo tuve la suerte de que cuando estudié eso de monocotiledóneas, había una canción de moda que decía esta palabra y ya se me quedó para los restos.

    Se te quedó la cosilla de no haber tenido tu momento de gloria jejeje Mi memoria es de corto plazo más bien, aunque hasta la universidad no le saqué provecho. En la época del cole, me preguntaba mi madre o una de mis hermanas y lo decía muy bien pero llegaba a clase y pluf, ya no me acordaba.

    "luchando por ser felices", la lucha de siempre que tantas alegrías y tristezas nos da. Muchas veces nos damos cuenta de que no nos podemos rendir aunque queramos.

    Gracias por venir conmigo a la infancia

    03/03/10 05:03

  • Elframoso


    me has puesto melancólico, amigo…
    grande, pepe!!!!!

    03/03/10 10:03

  • Silenciodeluna

    Biennnn, te diste una vuelta conmigo por el cole. Cuando recuerdo aquellos segundos eternos, lo veo como asombroso, eso del tiempo eterno y el miedo

    Gracias

    03/03/10 10:03

  • Danae

    La escuela es un lugar que, a veces para bien y otras para mal, nos marca para siempre. Me ha provocado una sonrisa y algún que otro recuerdo leer
    este fragmento de tu experiencia escolar. Y me ha resultado, además, de fácil y amena lectura. Me ha gustado mucho, Pepe.
    Entrañable.
    Besos de luna meciendo la cuna de nuestro pasado vivir infantil.

    04/03/10 02:03

  • Silenciodeluna

    Cuando lo leí, pensé, pufff a ver quien es capaz de leerlo entero, lo vi largo, así que por esa parte, gracias.

    Besos de luz que dibujen el arcoiris cada mañana en tu ventana

    04/03/10 02:03

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