Cada vez que te equivocas y me miras, cada vez que te equivocas y me rozas, cada vez que por equivocacion leo en tus ojos el deseo que te consume mi corazón renace de sus cenizas, como el fénix, y empieza a volar. Sube tan alto que lo pierdo de vista, pero mi mente se va detrás y comienzo a imaginarte, a imaginarnos juntos, juntos como siempre hemos querido estar.
Pero eso no es mas que el triste reflejo de una realidad inventada. Es algo que sueño pero que no va a pasar, otra vez. El golpe a sido tan grande que se me cae el mundo encima, la realidad es como un puñal en la espalda que me he conseguido clavar yo misma. Estoy tan desorientada que a lo mas alto ruego que el cabrón de mi corazón se vuelva a enamorar, pero esta vez de una persona totalmente diferente, que se cuele por cualquier lugar, que atraviese la piel y extinga el fuego que siento dentro. Se colocará en un lugar pequeñito y sin que yo me de cuenta irá creciendo, hasta poder enfrentarse a el capullo del angelote que no acierta un disparo si lo maten. Y seré feliz junto a esa persona porfin. Lo mejor es que ese cambio ya ha comenzado, y no pienso interponerme. Me quedaré a un lado, esperando con ansia la batalla que dentro de mi se libra.
