Cuantas veces sostengo en las manos la espera vacía.
Cuantas veces he deicidio tirar la toalla.
Cuantas veces la he tirado, sobre la cama sin leer,
Y he vuelto corriendo a buscarla.
Por si acaso a las 22:22 te acordabas de esa chispa
que explotaba en mis ojos cuando aún eras lo primero que pensaba al despertarme.
Y yo era lo primero que pensabas tú.
Y sonaba, y sonaba y sonaba.
El móvil sin batería a las 5 de la mañana.
De dormirnos con él en las manos.
Para complacerte, y complacerme a mí.
Tiritas de soledad, que nos utilizamos para tapar el hueco en el corazón.
Yo pegada al tuyo, y tú al mío.
Tapando otros nombres que al final buscábamos al mirarnos.
Deseando ver otro iris.
Oliéndote a ti, y tocando su pelo, cuando cerrábamos los ojos.
Gomas elásticas que ya no dan más de sí
Y la cara flagelada.
Un cubo de agua fría.
Y el corazón lloviendo copos.
Bolas de hormigón con cadenas a los tobillos.
Y yo arrastro hacia adelante rompiéndome los músculos.
Desgarrando mi piel, atragantando la hiel.
Tiro de ellas como si no hubiera un mañana, desencajandome el fémur.
Y me arrancaría las piernas.
Porque me pesas mucho, y yo lo que quiero es marcharme de ti.
